martes, 31 de octubre de 2017

El Instituto Politécnico Nacional

La cultura post-revolucinaria en México

Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar



El Instituto Politécnico Nacional (IPN), popularmente conocido como el Politécnico o el Poli, es una institución pública de investigación y educación de todos los niveles superiores educativos; fundada en la ciudad de México en 1936, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. Esta casa de estudios fue fundada siguiendo los ideales revolucionarios de reconstrucción, desarrollo industrial y económico; buscando así brindar educación profesional sobre todo a las clases menos favorecidas.

     Actualmente el Instituto Politécnico Nacional es considerado una de las instituciones educativas más importantes de México y América Latina  por su nivel académico, También es una de las principales instituciones mexicanas en la formación de técnicos y profesionales en las áreas de la ciencia, la tecnología y las ingenierías.

      Los antecedentes de la apertura de este importante centro de estudios fueron: Que en 1931 se estableció la Escuela Politécnica y la Escuela Preparatoria Técnica, así como el establecimiento de diversas escuelas especializadas de estudios técnicos superiores.  En 1932: el secretario de educación pública Lic. Narciso Bassols, planteó la necesidad de organizar un sistema de enseñanza técnica, propuesta a la que se unieron los ingenieros Luis Enrique Erro y Carlos Vallejo Márquez. 

     Presentándole el proyecto del Instituto Politécnico Nacional al presidente Lázaro Cárdenas.

     El 1 de enero de 1936, el periódico El Universal dio la noticia de “La creación del gran Instituto Politécnico Nacional”, anunciada en el informe a la nación que dio el general Lázaro Cárdenas del Río en su primer año de gobierno. El Excelsior del 5 de enero de 1936, publicó que el 16 de enero se iniciaban las inscripciones en el IPN: los acontecimientos se sucedieron rápidamente y con fechas 12, 13 y 14 de enero de ese año, los principales diarios de circulación nacional publicaron invitaciones para que se inscribieran estudiantes en las prevocacionales, vocacionales y profesionales del IPN. Ese año iniciaron clases el 16 de enero todas las escuelas técnicas que conformaban al Instituto, cuya coordinación académica estuvo a cargo en ese entonces por ingeniero Juan de Dios Bátiz Paredes.
     El 20 de febrero de 1937, en solemne ceremonia realizada en el Palacio de Bellas Artes, se inauguraron por vez primera los cursos del Instituto Politécnico Nacional. El presupuesto inicial para la construcción de las instalaciones fue de dos millones de pesos, y la obra estuvo a cargo del ingeniero Juan de Dios Bátiz Paredes.
     ​Las instalaciones politécnicas estaban conformadas por diversos edificios, básicamente en el actual Centro Histórico de la Ciudad de México, así como con el patrimonio politécnico de la ex hacienda del Casco de Santo Tomás. El proyecto inicial apuntaba a desarrollar la infraestructura dentro del Casco de Santo Tomás, plan que pronto se llevaría adelante.
     El proyecto Cardenista proponía el inminente desarrollo industrial del país; para tales efectos, era urgente contar con cuadros tanto de obreros (prevocacionales) y técnicos (vocacionales) como profesionistas (escuelas superiores y nacionales) que aportaran el capital humano de origen nacional y que generaran el conocimiento para la formación de un México industrializado. Como consecuencia del llamado proyecto de educación socialista, la cobertura inicial estaba claramente orientada a los hijos de los trabajadores del campo y la ciudad.
     En 1937, al crearse el Instituto Politécnico Nacional, las diferentes escuelas superiores y vocacionales se encontraban esparcidas en diferentes puntos de la ciudad, por lo que Juan de Dios Bátiz Paredes logró, gracias al entonces presidente de la República, Lázaro Cárdenas, expropiar esos terrenos. Las escuelas eran en ese entonces las escuelas de: Construcción, Comercio, Biológicas, Textil y Medicina, que se juntaron en el primer campus, situado en Tlatilco y Santo Tomás, en el centro de la ciudad, conocido popularmente como el Casco de Santo Tomás.  
    




domingo, 29 de octubre de 2017

CARTA TEÓLOGAS Y TEOLOGOS DE LA LIBERACIÓN AL PAPA FRANCISCO








 
                                                                                   
                                                              
                                                                                                                                                                            













Autor: Juan José Tamayo

Querido Hermano Francisco,

Somos teólogos y teólogas de América Latina y del Caribe, convocados por Amerindia, una red de cristianas y cristianos comprometidos en los procesos de resistencia y esperanza de nuestro continente.

Nos hemos reunidos en Puebla – México, del 12 al 14 de octubre bajo el lema: “La fuerza de los pequeños”.

El propósito era contribuir a los procesos de transformación y liberación de nuestros pueblos, leyendo en clave creyente y crítica el momento histórico que vivimos, desde una sinergia intergeneracional, enfatizando los resortes místicos-proféticos y metodológicos de la Teología de la Liberación.

Queremos expresarte nuestro apoyo por dar centralidad al grito de la Tierra y al grito de las víctimas del sistema anti-vida que sacrifica millones y millones de hermanas y hermanos empobrecidos.

Nos solidarizamos contigo por el sufrimiento que se te impone por esta actitud profética y pastoral que atañe no solamente a la Iglesia, sino a toda la humanidad en este momento dramático de la historia.

Como grupo hemos invocado al Espíritu para que te siga iluminando y fortaleciendo en las palabras y en los gestos a fin de animar los procesos de lucha por el cuidado de la Casa Común, especialmente por la dignidad de los pueblos originarios, de los afrodescendientes y de las mujeres que luchan por el reconocimiento de su lugar en la Iglesia y en la sociedad.

Nuestra confianza está puesta en el Misterio de Dios que transforma la historia desde la fuerza de los pequeños.

Renovando nuestra solidaridad y enviando todo nuestro cariño te abrazamos cordialmente como nuestro Hermano mayor.

Puebla, México, 14 de octubre, 2017.
Firmantes:
María José Caram
Isabel Iñiguez
Francisco Bosch
Victor Codina
Sofia Chipana
Manoel Godoy
Francisco Aquino
Leonardo Boff
Marcia Miranda
Afonso Murad
Marcelo Barros
Juan José Tamayo
Joao Decio Passos
Carlos Eduardo Cardozo
Agenor Brighenti
Cesar Kuzma
Daniel Souza Santos
Elio Gasda
Diego Irarrázaval
Andrea Castillo
Oscar Elizalde
Deysi Moreno
Francisco Reyes Archila
Socorro Vivas
Aliro Cáceres
Silvia Regina de Lima Silva
Pablo Richard
Martha Zechmeister
Juan Hernández Pico
Benjamín Schwab
Rodolfo Ascanio
Larry Madrigal
Geraldina Céspedes
Herbert Alvarez
Alejandro Ortiz
Juan Manuel Hurtado
Socorro Martínez
Elizabeth Judd
Margot Bremer
Paola Polo
Carmen Margarita Fagot
Tirsa Ventura
Pablo Bonavía
Elena Bicera
Rosario Hermano
Pedro Trigo

miércoles, 25 de octubre de 2017

La Educación Socialista en México

                                                La cultura post-revolucionaria en México


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

¿Cómo entender que se planteó por parte del estado mexicano un proyecto de educación socialista para toda la república? A esa interrogante existen múltiples respuestas, pero existe una que es contundente y tiene que ver con el estado vigente de las cosas en ese momento histórico y social.

     En el naciente siglo XX, se dieron a nivel mundial dos acontecimientos que cimbraron a sus respectivos países, con dos importantes revoluciones sociales, una en 1910 que fue la Revolución Mexicana, y la otra fue la Revolución Bolchevique de Octubre de Rusia en 1917. Una de ellas fue una revolución burguesa liberal (la mexicana) con Madero; la otra una fue por parte de los trabajadores (soviets) socialista al frente Lenin.

     Las dos tuvieron una fuerte base social, buscaron reivindicaciones sociales, y se generaron por el estado vigente que era decadente y de descomposición social. Una vez que ambas revoluciones se consumaron y se afirmaron en sus respectivos países, irradiaron sus postulados, visiones y reivindicaciones a otras naciones del orbe.  Fue el caso de la Revolución Rusa que irradia su ideología que nos llega hasta nuestro país.

     Al ser la Revolución Mexicana una revolución con amplia base social, es que las ideas socialistas se anidan y crecen. Y una propuesta fue la de implementar la educación socialista en México. El 8 de octubre de 1934 fue aprobado por la Cámara de Diputados el dictamen de la reforma de los artículos 3° y 73, en los términos que comenzaba puntualizando: “La educación que imparta el estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social”.

     El impulsor de esta educación fue el presidente Lázaro Cárdenas, junto con su activo y decidido secretario de educación Narciso Basols. El 28 de octubre de 1934, hubo una fuerte manifestación de apoyo a la iniciativa de activar la educación socialista con 150, mil personas. Siendo Cárdenas candidato dijo al respecto: La Escuela Socialista llegará a convertirse en un foco de sana actividad social que identifique la vida del pueblo con la escuela misma, formando un todo homogéneo, un centro de interés que ayude a purificar el medio, combatiendo los vicios y creando hábitos de trabajo y facilitando los recursos técnicos y cuya actividad se extenderá de la acción del maestro revolucionario, guiador y orientador de las voluntades a la acción de todos”.

      Hubo un importante sector social en varios estados de la república que se opusieron a esta reforma e iniciativa del gobierno de implantar  la educación socialista. Se dieron acciones violentas, ya que asesinaron algunos profesores, estos hechos no se castigaron, y se dieron en algunos estados, como fueron: Aguascalientes, Durango, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz, Campeche y Zacatecas.

     Por su parte ya estando en el exilio el expresidente masón Plutarco Elías Calles, declaro para un medio informativo de Los Ángeles, lo siguiente: “Yo no estoy de acuerdo con las presentes tendencias comunistas en México…no creo que los principios sustentados por el presente gobierno son aplicables a mi país”. Por su parte Manuel Gómez Morín, en ese momento rector de la Universidad Nacional, formuló declaraciones atacando la educación socialista y defendiendo la libertad de cátedra.    


miércoles, 18 de octubre de 2017

La polémica sobre educación y universidad entre Caso y Lombardo

La cultura post-revolucionaria en México




Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

La educación es uno de los elementos más importantes y decisivos de cualquier sociedad a través de la historia; así fue el caso de este rubro en el periodo post-revolucionario en México. Y para afirmar la misma en los fines ideológicos, políticos, sociales y prácticos se tuvo que definir las posturas que la educación pública mexicana tuviera al ser impartida por parte del estado, con respecto al esquema transformador que buscaba.

     Para todo lo anterior se dio un importantísimo debate a nivel nacional entre dos postura encontradas, por parte de dos ideólogos (filósofos) estos eran: Vicente Lombardo Toledano, perteneciente a la generación  de los siete sabios de México, con formación ideológica marxista y Antonio Caso de ideología idealista y retórica.

     Este gran debate que polemizaron estos dos grande intelectuales mexicanos, se dio en un importante congreso universitario y educativo durante el mes de septiembre de 1933, en Veracruz, donde fue el primer Congreso de Universitarios Mexicanos, ahí se reunieron rectores, directores, maestros y estudiantes de todo el país, y se dan importantes postulados como son: Que las universidades e institutos tienen que orientar el pensamientos de la nación y tendrá que ser estrictamente científico, así como buscar un sistema que socialice los instrumentos y medios de producción.

     Era clara la postura en sus postulados propuestos por este congreso, de la importancia por asumir la ideología socialista y las ideas marxista, que llegaban por esos años a la nación por irradiación de la Unión Soviética. Y que un año posterior se establecerían en forma contundente en la ejecución de l que sería la educación socialista, que echaría andar Lázaro Cárdenas.

    Y los alegatos con respecto a la orientación educativa los asumen estos dos gigantes de la cultura mexicana, Y es Lombardo Toledano que define su posición al respecto, a que la libertad de cátedra es una invención del estado burgués, para orientar la educación en servicio de la clase capitalista y prevalecer así este modelo social y económico. Lo que quería Lombardo era esa libertad de cátedra para opinar a la realidad en que vivimos y de acuerdo con la verdad. Y que la universidad debía ser responsable y congruente con su enseñanza frente a la realidad social muchas veces lacerante, que debía ser ante todo afirmativa.

     Por su parte Antonio Caso, decía al respecto, que para él estaba su orientación en un nacionalismo social,  y que la universidad no puede ser sectaria, deberá haber libertad de cátedra  por parte de los profesores. Y que eso ayudaría a las clases menos favorecidas, y cada quien será libre de asumir y discutir sus propias opiniones.

     En el debate generalizado entre los alumnos, se da una un voto a favor de Antonio Caso y se rechazan muchas veces las posturas Lombardianas, por ser muy focales en la idea política marxista estalínista. Sin embargo las dos posiciones abrirán el debate entre la posturas de libertad de cátedra y la no sectarización de la educación pública.

     

miércoles, 11 de octubre de 2017

El Colegio Nacional

La cultura post-revolucionaria en México


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Una de las últimas instituciones públicas emanadas de la cultura post-revolucionaria en México fue el Colegio Nacional.  Dicha institución fue fundada en la ciudad de México por decreto del presidente Manuel Ávila Camacho, el 15 de Mayo de 1943, como una instancia que agruparía a científicos, artistas y literatos mexicanos más destacados, con el propósito de preservar y dar a conocer lo más importante de las ciencias, artes y humanidades que nuestro país puede ofrecer al mundo. Su lema es: "Libertad por el saber”.
     En el decreto de creación se imponía un número de veinte miembros para El Colegio Nacional, que debían ser mexicanos por nacimiento, y se especificaba a sus quince miembros fundadores. Se establecía que los miembros del Colegio debían impartir conferencias sobre su especialidad en las instalaciones del mismo, y que dichas conferencias deberían de ser abiertas a todo público y gratuitas. La sede del Colegio se estableció en la ciudad de México, y se implantó el carácter vitalicio de la membresía del colegio.
     Durante la ceremonia de inauguración, la concurrencia fue muy numerosa y distinguida; estuvieron representadas las manifestaciones más encumbradas de la ciencia, de la filosofía, del arte, y de la cultura en general; las instituciones más importantes del ámbito educativo estuvieron presentes y, algunas de las más representativas de los estados o del interior de la república mexicana.
     La idea de crear esta institución y su gestor fue el licenciado Alejandro Gómez Arias, destacado intelectual, que también funda Radio Universidad (de la UNAM) y  participa en la creación del Seminario de Cultura Mexicana. El discurso oficial de inauguración del Colegio, es a él que le toca ofrecerlo, y en él nos dice: “Reunir a los hombres más destacados de mi patria, es un acto de unidad; existen hombres superiores a quienes México tiene gratitud por lo que a México han dado y por lo que han hecho a México; parece que reunir a estos hombres ha sido obra de milagro. El Colegio Nacional, su obra, no podrá medirse desde ahora por la modestia con que nace, pero se apreciará a la distancia. Ella sobrevivirá porque es un grupo de hombres que han dado mucho al país y por lo que siente honda gratitud. El estado los seleccionó, pero el país los tenía ya catalogados, es decir, fue la ejecución de un mandato de conciencia pública”.
      Los primeros 15 miembros fundadores asignados para ser parte de esta institución, fueron destacados artistas, científicos y filósofos, todos ellos producto de esa cultura postrevolucionaria que hemos estado revisando en esta columna. 

    La lista la conformane: Alfonso Reyes, escritor (literato); Diego Rivera, pintor; José Vasconcelos, escritor (filósofo); José Clemente Orozco, pintor; Enrique González Martínez, escritor; Ezequiel A. Chávez, educador; Antonio Caso, filósofo; Ignacio Chávez, médico cardiólogo; Isaac Ochoterena, biólogo (científico); Manuel Uribe y Troncoso, Médico Oftalmólogo; Carlos Chávez, músico; Mariano Azuela, escritor, Manuel Sandoval Vallarta, físico (científico); Alfonso Caso, arqueólogo; y Ezequiel Ordóñez geólogo (científico).  A cada uno de los miembros se le hizo entrega de un diploma, donde se daba fe,  de su ingreso y permanencia a dicha institución.

     Como anécdota final, uno de los pilares de la cultura mexicana posterior a la revolución fue el tapatío Gerardo Murillo, mejor conocido como, “El Dr. Atl”; éste fue propuesto por José Luis Martínez como miembro del Colegio Nacional. Él aceptó y se integró el 6 de noviembre de 1950; sin embargo, renunció al nombramiento el 5 de Julio de 1951. Sacrificó esta distinción para recuperar su libertad de acción, ya que de alguna manera sentía que la seriedad y prestigio de esta institución disminuirían su espíritu revolucionario y sería ubicado en un lugar solemne y riguroso.  



martes, 3 de octubre de 2017

La presencia de los exiliados españoles y su aporte a la cultura de México

La cultura post-revolucionaria en México


         Buque Sinaia nave donde abordaron los exiliados españoles al puerto de Veracruz.

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Para la cultura mexicana moderna existe un antes y un después de la llegada de los exiliados españoles, al ser acogidos por México, durante el régimen presidencial de Lázaro Cárdenas del Río.

     De 1936 a 1939 en la república española se desarrolla la llamada Guerra Civil Española, dicha guerra fue de las más sangrientas en Europa. Esta acción malévola y cruenta estuvo organizada en gran medida por las potencias europeas como una especie de “laboratorio” a lo que serían las acciones bélicas posteriormente desarrolladas en la conocida Segunda Guerra Mundial.  

     Dado que se enfrentaron dos bandos rivales por un lado el régimen oficial de gobierno conocido como el bando republicano  y por el otro el bando opositor nacionalista comandado por el general Francisco Franco. El apoyo para los republicanos se dio por parte de la Unión Soviética y para los nacionalistas fue de Hitler y Musolini. Al ver perdida la guerra los republicanos, muchos de ellos así como sus simpatizantes, solicitaron  asilo político a varios países de América Latina.

     México fue uno de los que acogió entre 20 y 25 mil ciudadanos españoles, de estos refugiados se estima que la “inmigración intelectual o de “élite” se conformaba de aproximadamente un 25 % del total, es decir, poco más de 5, 000 mil. Muchos de esos exiliados llegaron en el buque Sinaia al puerto de Veracruz y se establecieron en la capital de la república mexicana y muchos niños huérfanos que arribaron, conocidos como los niños de Morelia, fueron establecidos en hospicios de la capital michoacana.

  El presidente Lázaro Cárdenas, con los niños españoles exiliados que llegan a México. 

     Los altos valores intelectuales de muchos de los que llegaron, representaban y contribuían al brillo de la cultura en su país, sin embargo al acogerlos y recogerlos México, contribuyó a que todo ese bagaje cultural e intelectual que traían y poseían, ponerlo al servicio de la cultura, instituciones y pueblo mexicano. Para aprovechar toda esa riqueza humana, se creó la conocida Casa de España (hoy El Colegio de México) por parte del historiador e intelectual colimense Daniel Cosio Villegas. Otra institución que acogió a esta pléyade de profesores, científicos, filósofos, historiadores, artistas, cineastas, literatos, poetas, etc., fue la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) su presencia y relevancia se reflejó en las áreas de humanidades, investigación científica y difusión cultural.

     Entre los hombres y nombres que llegaron para quedarse destacan: Pedro Garfias, Luis Buñuel, Remedios Varo, Enrique Díez-Canedo, Joaquín Xirau, José Gaos, Bernardo Ginés de los Ríos, Max Aub, Emilio Prados, Luis Recaséns Siches, Eugenio Imaz, Agustí Bartra, Juan Rejano, León Felipe,  José Bergamín, Margarita Nelken, José Manuel Gallegos Rocafull, Adolfo Sánchez Vázquez, Eduardo Nicol, Wenceslao Roces, Juan Antonio Ortega y Medina, Carlos Bosch García y Oscar de Buen, entre otros muchos.

     Con la llegada de todos estos ilustres españoles y su aporte en la academia, la cultura mexicana se revitalizó y marcó un parteaguas, de un antes y un después para la cultura mexicana. Basta ejemplificar el mundo filosófico mexicano, que antes del aporte de los filósofos españoles exiliados la academia filosófica mexicana no tenía la rigurosidad deseada, fue hasta que llegan éstos ilustres que le sirvió a esta disciplina como un reconstituyente para que tomara su vuelo y la altura necesaria .  

     

martes, 26 de septiembre de 2017

León Trostky y el cardenismo.

La cultura post-revolucionaria en México
Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar


El período presidencial de Lázaro Cárdenas, que abarca de 1934 a 1940,  donde todavía se vive los postulados de la Revolución Mexicana, y es el último período donde la cultura mexicana nacional y nacionalista se vive plenamente. Es a partir del año 1940 cuando se va difuminando, y todavía hasta la década de los años cincuenta irradia, pero sus mejores años, logros y aportes al arte y a la cultura mexicana ya se han dado.
     En la década de los años treinta, se viven sucesos muy importantes y significativos en el ámbito de la política y la cultura nacional y su influjo hacía la sociedad. Es el tiempo de la expropiación petrolera, del reparto de tierras por parte de la Reforma Agraria y la creación de los ejidos, de la llegada de los exiliados españoles de la Guerra Civil Española, así como la experimentación de la educación socialista en las escuelas públicas.  Pero fue significativo el hecho que por las ideas socialistas y nacionalistas del general Cárdenas se haya dado el apoyo a exiliados políticos e intelectuales de muy alto perfil, como fue el caso del ucraniano y revolucionario soviético Lev Davidovich Bronstein, mejor conocido como León Trostsky.   
     León Trotsky llega a México el 9 de enero de 1937, después de haber pasado por algunos países como exiliado político y huyendo de la Unión Soviética. Fue uno de los pilares e intelectuales fundamentales y fundacionales de la Revolución Socialista Soviética de 1917. A la muerte del padre de la revolución soviética Vladimir Ilich Lenin, le tocaba ser su sucesor, dado que Trostsky era el general en jefe del Ejército Rojo. Pero por las luchas políticas internas entre los Bolcheviques, que eran los agremiados al partido comunista de Rusia, le tocó tomar por asalto el poder al camarada Joseph Stalin. Este al ser el jefe supremo del partido y del gobierno no toleró ninguna intervención y sombra de ningún político ni militar y entre esos estaba León Trotsky.
     Le tocó pues salir exiliado, y finalmente llega a México. La gestión la hace el muralista Diego Rivera ante el presidente Lázaro Cárdenas quien se la concedió. Fue recibido en el Puerto de Tampico por Frida Kahlo, esposa de Rivera y se trasladaron a la ciudad de México. Por un tiempo vivió en la “Casa Azul”, morada de Frida y Diego en Coyoacán, hasta que rompió con Rivera políticamente en 1939.  De ahí se trasladó su residencia forma definitiva en la calle Viena, también de Coyoacán.
     En esa casa Trostky sufrió dos atentados, uno de ellos donde el propio muralista David Alfaro Siqueiros ingreso a la casa y disparó donde supuestamente dormía Trostky, salvándose él y su esposa porque permanecieron agazapados en un muro a lado de la cama. Pero posteriormente, por órdenes de Stalin, llegan agentes secretos españoles para realizar la operación de asesinarlo. Y el ejecutante de dicho acto es un comunista español Ramón Mercader, que logra su objetivo de asesinar a Trostky después de ganarse su confianza y que sea aceptado como amigo de la familia.
     Lo asesina con una piola que le clava en la cabeza, durante una refriega que sucede durante el incidente del atentado, y muere León Trostky el 21 de agosto de 1940. El Asesino es hecho prisionero y trasladado a la famosa penitenciaría de Lecumberri o mejor conocida como “El Palacio Negro”,  dónde permanece en condena por 19 años, pero posteriormente es absuelto de la pena de cárcel por buen comportamiento. Y sale liberado en 1960, al salir se traslada a la República Democrática Alemana, donde es recibido como héroe por parte de los comunistas (socialistas) alemanes, y posteriormente se traslada a la Unión Soviética donde se le otorga la medalla “Héroe de la Unión Soviética”.
     
       



miércoles, 20 de septiembre de 2017

La fotografía en el México post-revolucionario



La cultura post-revolucionaria en México

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

La fotografía en México llegó a mediados del siglo XIX. Esta arte visual tuvo su desarrollo gradual hasta alcanzar los primero años del nuevo siglo XX. Ya en plena lucha de la Revolución Mexicana, Agustín Víctor Casasola reunió un caudal de fotografías propias y de otros fotógrafos, tanto nacionales como extranjeros, sobre los hechos ocurridos en la confrontación armada y sus momentos.

     Sin embargo, llega la época posterior a la revolución y con ella una generación de fotógrafos, destacándose los nombres de Edward Weston, Tina Modotti, Manuel Álvarez Bravo, Lola Álvarez Bravo, Antonio Garduño, y Paul Strand.

     Edward Weston (1886-1958) en 1926 el muralista Diego Rivera le dice a este fotógrafo norteamericano y a su discípula la italiana Tina Modotti: “Estoy seguro que si don Diego Velázquez (el famoso pintor español) volviera a nacer sería fotógrafo”. Es el México de ese entonces que se vive con una fe integra que engloba al mismo tiempo la técnica, los públicos y el sentido de nación. Es cuando en pro o en contra, la Revolución Mexicana unifica a intelectuales y artistas que descubren, redescubren, colonizan o exploran a México. En esa atmósfera, Weston se radicaliza artísticamente.

     Él se caracterizó por utilizar la técnica del primer plano en temas naturales para obtener las formas poco comunes.  En 1921 conoció a Tina Modotti que se convirtió en su amante y discípula y por ello entre 1923 a 1925 mantuvo un estudio fotográfico en la ciudad de México, con ello se relacionó con los movimientos  artísticos de la época. La amistad y la influencia de su amigo Diego Rivera supusieron un cambio completo de su estilo. En 1924 realizó una exposición de fotografías con tema industrial en el Café de Nadie, se relacionó con los Estridentistas y colaboró en sus dos revistas Irradiador y Horizonte, durante su estancia en México mantuvo amistad con Manuel Álvarez Bravo, Nahui Ollin (Carmen Mondragón) y Frida Kahlo.

     Manuel Álvarez Bravo, fue un magnifico fotógrafo, marca con la calidad de su fotografía esta época. Construyó una visión de la cruda realidad e histórica de la mexicanidad en la post-revolución, dado que rechazó el folclor y la caricaturización de la identidad mexicana. Buscó la redención de la gente común y su subsistencia. Su calidad es vanguardista, haciéndolo referente de la moderna fotografía mexicana. El intelectual francés y padre del surrealismo, dijo de él: “Su fotografía está llena de elementos surrealistas”. Al ser referente en este arte, fue impulsor e inspiración de los fotógrafos de la década de los años treinta.

     Antonio Garduño, fue otro de los fotógrafos destacados de este tiempo mexicano, él y sus hermanos fueron instruidos por quienes trajeron las primeras cámaras fotográficas más avanzadas. Fotografío en varias ocasiones a Francisco I. Madero y algunos otros personajes revolucionarios, sin embargo, no fue un fotógrafo de Guerra, sino que era conocido con el mote de “El fotógrafo de las Novias”, porque desarrollaba la fotografía artística de las bodas. Pero lo que lo trasciende como profesional de este arte es, que fue el primero fotógrafo de desnudos en México, de hecho se le reconoce su trabajo que le realizó a Nahui Ollin (Carmen Mondragón) la mujer más bella de la década de los veinte en la ciudad de México.

     Dolores Martínez Anda mejor conocida como Lola Álvarez Bravo, fue esta jalisciense figura destacada en la fotografía y en el mundo cultural post-revolucionario. Esposa de Manuel Álvarez Bravo que fue su mentor, dado que él le enseñó el arte de la fotografía y fue su asistente en su estudio. Ella al separarse de Manuel, crea su propio estudio con ayuda y colaboración de la pintora María Izquierdo. Con su lente atrapó toda una época de México, tuvo desde luego la influencia de Manuel Álvarez Bravo. Con sus fotografías fue una cronista de la vida social y cultural, además de ser la pionera  en el uso del fotomontaje.

     Tina Modotti de origen italiano, se transformó a sí misma, de ser objeto de belleza al posar para otros, a fotógrafa profesional. Ella fue modelo, asistente y finalmente aprendiz de este arte enseñado por Edward Weston. Su fotografía tiene un dejo de esteticismo, siempre influenciado su trabajo artístico por su compromiso político y su manera de ver el mundo. Ella era socialista fuertemente vinculada a la Unión Soviética. Sus fotografías nunca pierden el sentido de la forma, pero ella está siempre en la búsqueda de sus prioridades.

     La Secretaría de Educación Pública, en los años treinta contrató al fotógrafo y cineasta norteamericano Paul Strand para filmar un documental llamado “Redes”, para ayudar a construir la identidad nacional después de la Revolución.  Mientras estuvo en el país hizo una gran cantidad de fotografías, muchas muestran figuras religiosas que combinó con fotos de personas reales. Strand utiliza la yuxtaposición de la belleza de figuras y rostros de la gente.

     Toda esa muestra fotográfica la realizó de sus viajes por los pueblos y comunidades de los estados de Michoacán, Coahuila, Edo. de México y Oaxaca. Son imágenes emblemáticas de iglesias, pueblos, íconos religiosos y rostros de indígenas mexicanos. De tal modo que al fotografiar en México, fue tal la influencia que tuvo el paisaje mexicano y su entorno cultural, que Strand adoptó de por vida una visión socialista que mantuvo por el resto de su trabajo en la fotografía y el cine.          
    
                     

    

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martes, 12 de septiembre de 2017

La arquitectura mexicana posterior a la revolución

La cultura post-revolucionaria en México

Construcción del palacio de las bellas artes de México.

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Toda arquitectura o construcción pública refleja un momento o tiempo de vital existencia, y esta bella arte no fue ajena al momento mexicano que fue la época post-revolucionaria. La arquitectura una de las 7 bellas artes, y que también es una combinación de arte y de técnica, es una de las creaciones más significativas que realiza el hombre y que aporta a su entorno.

     En el México porfirista de finales del siglo XIX y en la primera década del siglo XX se dio un desarrollo en la construcción y en la creación de nuevos núcleos urbanos en el caso de la ciudad de México, como la naciente colonia Roma, que reflejaba ese deseo de don Porfirio Díaz por modernizar y urbanizar la capital de la república.

     Así el estilo imperante en ese régimen dictatorial fue el modelo afrancesado del estilo: El Art Nouveau (arte nuevo)  que fue e imperó en muchas construcciones de la capital y de algunas ciudades del interior de la república. Así como otros estilos que nos remiten al país galo (Francia).

    Posteriormente y ya en plena etapa post-revolucionaria, vino un estilo de arte que fue adoptado por los arquitectos mexicanos que fue el Art Decó o también conocido como arte decorativo, fue un movimiento que influyó durante los años 1920-1939 y que en algunos países se extendió hasta la década de los años cincuenta. Es un arte que nace y se hace por artistas y arquitectos franceses, y que influyó a la arquitectura, a las artes gráficas e industrial y a las artes visuales como: la pintura, la escultura, el grabado, la cinematografía y a la moda (ropa).

     Sin lugar a dudas estos dos estilos: el art nouveau y art déco o para algunos (decó) influyó decididamente en los arquitectos mexicanos para que las construcciones post-revolucionarias tuvieran estos elementos,  mismo que con la aportación e influencia particular mexicana, las hicieran unas construcciones eminentes y bellas.

                                      Monumento a la Revolución durante su construcción.


     Las construcciones más significativas o emblemáticas de este periodo fueron, desde luego el que sería el congreso nacional legislativo que fue un proyecto de Porfirio Díaz, pero que no se logró, solamente la gran copula perdura hasta hoy, y que es conocido como El Monumento de la Revolución Mexicana, que en el año 1933 el arquitecto Carlos Obregón Santacilia , junto con el ingeniero Alberto J. Pani lograron terminarlo y dejarlo como hasta ahora está, con su estilo de art decó.

                            Secretaría de Salubridad y Asistencia, obra de Obregón Santacilia.

     Este mismo arquitecto Carlos Obregón, el año de 1928 proyectó el edificio de la Secretaría de Salubridad y Asistencia estando el gobierno del presidente Plutarco Elías calles, ésta obra del edificio de salubridad junto con el monumento a la revolución y las oficinas centrales del IMSS fueron sus grandes obras de este destacado arquitecto.

                                          El Estadio Nacional, obra de José Villagrán García.

     José Villagrán García, el año de 1924 realiza la obra del Estadio Nacional, él es considerado el padre de la arquitectura moderna en México, también tuvo otra obra relevante que fue el Instituto Nacional de Cardiología durante los años 1936-1937.

     Federico Méndez Rivas arquitecto, recibió por encomienda del Secretario de Educación Pública José Vasconcelos la realización del edificio que albergaría la nueva secretaría, y que inició en 1921 y se concluyera al año siguiente el 9 de julio de 1922.

     Y la mayor obra concretizada en este periodo post-revolucionario fue sin lugar a dudas el conocido Palacio de las Bellas Artes, fue realizado por los arquitectos Adomo Boari y el Arquitecto Federico Mariscal. Iniciado en 1904, por Boari y concluido por Mariscal en 1934.

                                      Monumento a Álvaro Obregón, de estilo art nouveau.  

     Otra de las muchas obras arquitectónicas de este periodo es el monumento al general Álvaro Obregón en el parque de la Bombilla en el sur de la ciudad de México. Obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray, fue iniciada por el presidente Abelardo L. Rodríguez en 1934 y concluida al año siguiente ya siendo presidente el general Lázaro Cárdenas. Estos y otros edificios y monumentos nos hablan del momento histórico mexicano vigente y que aún podemos admirar en algunas ciudades del país y la mayoría en la capital de la república mexicana.

      

jueves, 7 de septiembre de 2017

Mujeres de tiempos modernos (última de dos partes)


Antonieta Rivas Mercado mecenas de artistas.

(Última de dos partes)


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar


La semana pasada hablábamos sobre lo destacado de una serie de mujeres artistas, activistas políticas, pintoras, actrices, mecenas y empresarias teatrales que tuvieron su tiempo vital en la época posterior a la Revolución Mexicana. Estás féminas fueron mujeres adelantadas a su tiempo, tanto por su mentalidad como su actitud que nos habla de ser mujeres de tiempos modernos.

     Otra de esas insignes mujeres fue. Antonieta Rivas Mercado, hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado uno de los ministros más importantes de Porfirio Díaz, y que ejecutó el proyecto del Ángel de la Independencia en la ciudad de México. Ella Antonieta fue la mecenas de todo este grupo de mujeres ilustres e innovadoras, ella se destacó por ser una mujer intelectual, brillante, poco común para su época, dado que sus acciones fueron significativas. Apoya económicamente y políticamente a José Vasconcelos Calderón (uno de los grandes intelectuales mexicanos) durante toda su campaña política a la presidencia de la república. Vasconcelos en su calidad de candidato es acompañado y financiado en toda su campaña por ella. También apoya decididamente a dos intelectuales de primerísimo nivel, se trata de los escritores y poetas Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, con ellos inicia y regentea el proyecto de teatral del Teatro Ulises, junto con una publicación (revista) que lleva el mismo nombre y que son los iniciadores del teatro moderno en México.

     El haberse enamorado de Vasconcelos es su perdición, dado que él era casado, y viendo que no tiene la aceptación total de él como ella lo quiere, y estando Vasconcelos en París exiliado porque pierde las elecciones de una manera fraudulenta y que da como ganador a Pascual Ortiz Rubio, ella toma la pistola de José  Vasconcelos y se va a la catedral parisina de Notre Dame y se da un tiro en la nave derecha de dicho recinto y muere.  
      Palma Guillén y Sánchez, fue maestra y doctora en filosofía. Amiga personal de Vasconcelos y de Gabriela Mistral (la premio Nobel de Literatura), enseñó como profesora en la Universidad Nacional de México en 1939. Lázaro Cárdenas, le da el cargo como enviada y ministra extraordinaria ante la Sociedad de las Naciones (organización anterior a la ONU). Trabajo en la SEP como encargada de secundarias.
                          María Izquierdo una de las mejores pintoras de la cultura de la post-revolución.
     María Izquiero nacida en San Juan de los Lagos, Jalisco, fue una pintora destacada fue la primera en exponer sus obras fuera de México, en 1930. Su primera exposición tuvo lugar en el Arte center de la ciudad de Nueva York. Su obra pictórica se caracteriza por el uso de intensos colores y temáticas que incluyen autorretratos, paisajes, naturaleza y muestras claras del surrealismo. Fue muy amiga de algunos de los Contemporáneos  como Elías Nandino y tuvo una postura feminista y eminentemente nacionalista.
     María Guadalupe Villalobos Vélez, conocidad artísticamente como Lupe Vélez fue una actriz cinematográfica, bailarina y Vedette mexicana, tuvo un fin trágico en su vida. Fue de las primeras actrices que llegaron al cine norteamericano de Hollywood junto con Dolores de Río y que triunfaron en dicha industria de aquel país.
     Teresa Montoya Pardavé, fue una actriz y empresaria teatral que recibió innumerables premios y reconocimientos nacionales e internacionales.  
    

martes, 29 de agosto de 2017

Mujeres de tiempos modernos

La cultura post-revolucionaria en México


(Primera de dos partes)

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Fueron mujeres destacadísimas de la sociedad mexicana en el periodo post-revolucionario, se adelantaron a su tiempo, porque fueron eminentemente modernas que se diferenciaron radicalmente del común denominador de la mujer tradicional mexicana de principios del siglo XX. Durante esos años que van de 1915 a 1940, estás féminas rompieron los moldes tradicionales de aquella nueva sociedad mexicana.

     Estás mujeres fueron: Frida Kahlo, Carmen Mondragón (Nahui Ollin), Guadalupe Marín conocida con el mote de “La gata Marín”, Tina Modotti –Italiana de origen-, Antonieta Rivas Mercado, Palma Guillen, María Izquierdo, Dolores del Río, Lupe Velez y Tereza Montoya.

     Todas estas mujeres y otras más, supieron adelantarse a su época y se destacaron como importantes artistas, activistas políticas, musas de escritores y pintores, mecenas, empresarias teatrales y actrices. Su importancia en la historia de la cultura mexicana no fue porque hayan sido artistas, sino por la importancia que tuvieron en apoyo al momento histórico mexicano de la cultura que se generaba posterior a la Revolución Mexicana.

    Lo que llama la atención en ellas fue su vida, su espíritu indómito en muchas de la ocasiones, su pasión con que realizaron su vida y su obra artística. Y el que pudieran hablarse de tú a tú con el sexo masculino, en un tiempo en que la mujer mexicana era sumisa, su voz no tenía el mismo peso que la del varón o la del marido. Ellas no se dedicaban únicamente a labores de hogar como hacer la comida, lavar, atender y criar a los hijos. Y no fueron como la mujer de su tiempo que poco estudiaba o no tenía las mismas oportunidades que tiene el varón como es en el tiempo actual.

     Algunos conocemos la turbulenta vida de algunas de ellas como la de Nahui Ollin, que fuera una mujer destacada en la poesía y la pintura naif (no académica). Mujer apasionada y apasionante, fue una de las primeras que posó desnuda para los fotógrafos Edward Weston y Antonio Garduño. La conocida Frida Kahlo, pintora y activista política y social, fue socialista, mantuvo una relación amorosa con Diego Rivera  e incluso con León Trosky que fue exiliado de las luchas con Joseph Stalin. Como pintora actualmente está considerada la mejor artista plástica de todo Iberoamérica.

    Guadalupe Marín, conocida como Lupe Marín o “la gata Marín”, fue una destacada musa, fue la auténtica esposa de Diego Rivera, posó para los murales que pintaba. Fue diputada federal y escritora de dos libros, uno de ellos muy destacado: La única, donde nos narra sus peripecias de la unión o matrimonio que tuvo con el escritor y químico Jorge Cuesta.

    Tina Madotti , su nombre era: Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini, fue fotógrafa italiana y activista y luchadora social en México, pertenecía a la Internacional Comunista y al Partido Comunista Mexicano que en ese tiempo era una organización proscrita o sea prohibida por el gobierno. Eso la llevó de vivir en México así como en la Unión Soviética y viceversa, fue espía del gobierno socialista de la URSS, además tuvo relación sentimental con Julio Antonio Mella, que era un comunista cubano que se exilió en México y fue asesinado en nuestro país. (Continuará)