martes, 12 de septiembre de 2017

La arquitectura mexicana posterior a la revolución

La cultura post-revolucionaria en México

Construcción del palacio de las bellas artes de México.

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Toda arquitectura o construcción pública refleja un momento o tiempo de vital existencia, y esta bella arte no fue ajena al momento mexicano que fue la época post-revolucionaria. La arquitectura una de las 7 bellas artes, y que también es una combinación de arte y de técnica, es una de las creaciones más significativas que realiza el hombre y que aporta a su entorno.

     En el México porfirista de finales del siglo XIX y en la primera década del siglo XX se dio un desarrollo en la construcción y en la creación de nuevos núcleos urbanos en el caso de la ciudad de México, como la naciente colonia Roma, que reflejaba ese deseo de don Porfirio Díaz por modernizar y urbanizar la capital de la república.

     Así el estilo imperante en ese régimen dictatorial fue el modelo afrancesado del estilo: El Art Nouveau (arte nuevo)  que fue e imperó en muchas construcciones de la capital y de algunas ciudades del interior de la república. Así como otros estilos que nos remiten al país galo (Francia).

    Posteriormente y ya en plena etapa post-revolucionaria, vino un estilo de arte que fue adoptado por los arquitectos mexicanos que fue el Art Decó o también conocido como arte decorativo, fue un movimiento que influyó durante los años 1920-1939 y que en algunos países se extendió hasta la década de los años cincuenta. Es un arte que nace y se hace por artistas y arquitectos franceses, y que influyó a la arquitectura, a las artes gráficas e industrial y a las artes visuales como: la pintura, la escultura, el grabado, la cinematografía y a la moda (ropa).

     Sin lugar a dudas estos dos estilos: el art nouveau y art déco o para algunos (decó) influyó decididamente en los arquitectos mexicanos para que las construcciones post-revolucionarias tuvieran estos elementos,  mismo que con la aportación e influencia particular mexicana, las hicieran unas construcciones eminentes y bellas.

                                      Monumento a la Revolución durante su construcción.


     Las construcciones más significativas o emblemáticas de este periodo fueron, desde luego el que sería el congreso nacional legislativo que fue un proyecto de Porfirio Díaz, pero que no se logró, solamente la gran copula perdura hasta hoy, y que es conocido como El Monumento de la Revolución Mexicana, que en el año 1933 el arquitecto Carlos Obregón Santacilia , junto con el ingeniero Alberto J. Pani lograron terminarlo y dejarlo como hasta ahora está, con su estilo de art decó.

                            Secretaría de Salubridad y Asistencia, obra de Obregón Santacilia.

     Este mismo arquitecto Carlos Obregón, el año de 1928 proyectó el edificio de la Secretaría de Salubridad y Asistencia estando el gobierno del presidente Plutarco Elías calles, ésta obra del edificio de salubridad junto con el monumento a la revolución y las oficinas centrales del IMSS fueron sus grandes obras de este destacado arquitecto.

                                          El Estadio Nacional, obra de José Villagrán García.

     José Villagrán García, el año de 1924 realiza la obra del Estadio Nacional, él es considerado el padre de la arquitectura moderna en México, también tuvo otra obra relevante que fue el Instituto Nacional de Cardiología durante los años 1936-1937.

     Federico Méndez Rivas arquitecto, recibió por encomienda del Secretario de Educación Pública José Vasconcelos la realización del edificio que albergaría la nueva secretaría, y que inició en 1921 y se concluyera al año siguiente el 9 de julio de 1922.

     Y la mayor obra concretizada en este periodo post-revolucionario fue sin lugar a dudas el conocido Palacio de las Bellas Artes, fue realizado por los arquitectos Adomo Boari y el Arquitecto Federico Mariscal. Iniciado en 1904, por Boari y concluido por Mariscal en 1934.

                                      Monumento a Álvaro Obregón, de estilo art nouveau.  

     Otra de las muchas obras arquitectónicas de este periodo es el monumento al general Álvaro Obregón en el parque de la Bombilla en el sur de la ciudad de México. Obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray, fue iniciada por el presidente Abelardo L. Rodríguez en 1934 y concluida al año siguiente ya siendo presidente el general Lázaro Cárdenas. Estos y otros edificios y monumentos nos hablan del momento histórico mexicano vigente y que aún podemos admirar en algunas ciudades del país y la mayoría en la capital de la república mexicana.

      

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