miércoles, 18 de octubre de 2017

La polémica sobre educación y universidad entre Caso y Lombardo

La cultura post-revolucionaria en México




Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

La educación es uno de los elementos más importantes y decisivos de cualquier sociedad a través de la historia; así fue el caso de este rubro en el periodo post-revolucionario en México. Y para afirmar la misma en los fines ideológicos, políticos, sociales y prácticos se tuvo que definir las posturas que la educación pública mexicana tuviera al ser impartida por parte del estado, con respecto al esquema transformador que buscaba.

     Para todo lo anterior se dio un importantísimo debate a nivel nacional entre dos postura encontradas, por parte de dos ideólogos (filósofos) estos eran: Vicente Lombardo Toledano, perteneciente a la generación  de los siete sabios de México, con formación ideológica marxista y Antonio Caso de ideología idealista y retórica.

     Este gran debate que polemizaron estos dos grande intelectuales mexicanos, se dio en un importante congreso universitario y educativo durante el mes de septiembre de 1933, en Veracruz, donde fue el primer Congreso de Universitarios Mexicanos, ahí se reunieron rectores, directores, maestros y estudiantes de todo el país, y se dan importantes postulados como son: Que las universidades e institutos tienen que orientar el pensamientos de la nación y tendrá que ser estrictamente científico, así como buscar un sistema que socialice los instrumentos y medios de producción.

     Era clara la postura en sus postulados propuestos por este congreso, de la importancia por asumir la ideología socialista y las ideas marxista, que llegaban por esos años a la nación por irradiación de la Unión Soviética. Y que un año posterior se establecerían en forma contundente en la ejecución de l que sería la educación socialista, que echaría andar Lázaro Cárdenas.

    Y los alegatos con respecto a la orientación educativa los asumen estos dos gigantes de la cultura mexicana, Y es Lombardo Toledano que define su posición al respecto, a que la libertad de cátedra es una invención del estado burgués, para orientar la educación en servicio de la clase capitalista y prevalecer así este modelo social y económico. Lo que quería Lombardo era esa libertad de cátedra para opinar a la realidad en que vivimos y de acuerdo con la verdad. Y que la universidad debía ser responsable y congruente con su enseñanza frente a la realidad social muchas veces lacerante, que debía ser ante todo afirmativa.

     Por su parte Antonio Caso, decía al respecto, que para él estaba su orientación en un nacionalismo social,  y que la universidad no puede ser sectaria, deberá haber libertad de cátedra  por parte de los profesores. Y que eso ayudaría a las clases menos favorecidas, y cada quien será libre de asumir y discutir sus propias opiniones.

     En el debate generalizado entre los alumnos, se da una un voto a favor de Antonio Caso y se rechazan muchas veces las posturas Lombardianas, por ser muy focales en la idea política marxista estalínista. Sin embargo las dos posiciones abrirán el debate entre la posturas de libertad de cátedra y la no sectarización de la educación pública.

     

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