Por
Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
¿Cómo entender que se
planteó por parte del estado mexicano un proyecto de educación socialista para
toda la república? A esa interrogante existen múltiples respuestas, pero existe
una que es contundente y tiene que ver con el estado vigente de las cosas en
ese momento histórico y social.
En el naciente siglo XX, se dieron a nivel
mundial dos acontecimientos que cimbraron a sus respectivos países, con dos importantes
revoluciones sociales, una en 1910 que fue la Revolución Mexicana, y la otra
fue la Revolución Bolchevique de Octubre de Rusia en 1917. Una de ellas fue una
revolución burguesa liberal (la mexicana) con Madero; la otra una fue por parte
de los trabajadores (soviets) socialista al frente Lenin.
Las dos tuvieron una fuerte base social,
buscaron reivindicaciones sociales, y se generaron por el estado vigente que
era decadente y de descomposición social. Una vez que ambas revoluciones se
consumaron y se afirmaron en sus respectivos países, irradiaron sus postulados,
visiones y reivindicaciones a otras naciones del orbe. Fue el caso de la Revolución Rusa que irradia
su ideología que nos llega hasta nuestro país.
Al ser la Revolución Mexicana una
revolución con amplia base social, es que las ideas socialistas se anidan y
crecen. Y una propuesta fue la de implementar la educación socialista en
México. El 8 de octubre de 1934 fue aprobado por la Cámara de Diputados el
dictamen de la reforma de los artículos 3° y 73, en los términos que comenzaba
puntualizando: “La educación que imparta el estado será socialista y, además de
excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para
lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita
crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida
social”.
El impulsor de esta educación fue el presidente
Lázaro Cárdenas, junto con su activo y decidido secretario de educación Narciso
Basols. El 28 de octubre de 1934, hubo una fuerte manifestación de apoyo a la
iniciativa de activar la educación socialista con 150, mil personas. Siendo
Cárdenas candidato dijo al respecto: La Escuela Socialista llegará a
convertirse en un foco de sana actividad social que identifique la vida del
pueblo con la escuela misma, formando un todo homogéneo, un centro de interés
que ayude a purificar el medio, combatiendo los vicios y creando hábitos de
trabajo y facilitando los recursos técnicos y cuya actividad se extenderá de la
acción del maestro revolucionario, guiador y orientador de las voluntades a la acción de todos”.
Hubo
un importante sector social en varios estados de la república que se opusieron
a esta reforma e iniciativa del gobierno de implantar la educación socialista. Se dieron acciones
violentas, ya que asesinaron algunos profesores, estos hechos no se castigaron, y se dieron en algunos estados, como fueron: Aguascalientes,
Durango, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro,
Tamaulipas, Veracruz, Campeche y Zacatecas.
Por su parte ya estando en el exilio el
expresidente masón Plutarco Elías Calles, declaro para un medio informativo de
Los Ángeles, lo siguiente: “Yo no estoy de acuerdo con las presentes tendencias
comunistas en México…no creo que los principios sustentados por el presente
gobierno son aplicables a mi país”. Por su parte Manuel Gómez Morín, en ese
momento rector de la Universidad Nacional, formuló declaraciones atacando la
educación socialista y defendiendo la libertad de cátedra.
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