Por
Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
El pasado miércoles 27 de
enero del presente año, tuve a bien hacer una visita a la vecina población de
Sayula, Jalisco. La razón que me llevó por aquella población sureña fue que
iría a visitar a mi confesor el Padre Fray Javier Rodríguez también conocido
como “el ocho” al convento de la nuestra señora de Guadalupe o conocido como el
Santuario. Una vez que lo saludé y recibí el sacramento de la reconciliación,
pasé a ver algunas personas que ocasionalmente visito y que me honran con su
amistad.
Ya de regreso del Santuario, llegué
a la casa ubicada en el centro de la población, propiedad de mi amigo el señor
don Benjamín Díaz. Hombre muy atento y educado que siempre me ha ofrecido su
amistad y su buena plática. Me comentó algo importante que tiene que ver con
Sayula, que el señor presidente del ayuntamiento sayulense, los había convocado
a una reunión donde Jorge Campos proponía buscar que Sayula se le diera el
nombramiento de “Pueblo Mágico”. Denominación importante para convertirla en
población turística.
Don Benjamín le recomendó
mucho al actual edil, que no descuidara el aseo público, sobre todo, en el
centro histórico, ya que la gente le da por tirar papeles, embaces de plástico de
refresco, etc.
Una vez que me despedí y salí
de la casa de don Benjamín, pasé para llevar un curriculum vitae, a un hombre
importante y que es todo un personaje –diríamos emblemático de esa ciudad, me
refiero a don Federico Munguía Cárdenas. Una vez que llegué a la actual casa
donde reside a escasos metros de su antigua morada; la actual casa donde vive es una hermosa residencia, que es
habitada por su hija y su yerno. En la plática con don Federico me dijo que le
había propuesto al gobierno municipal que tumbaran el actual mercado que se
ubica ahí en el centro. La propuesta de Federico es
que se haga una plaza –un espacio físico para el esparcimiento de los
sayulenses-. Me parece adecuada la idea de Munguía Cárdenas porque el actual mercado es feo y rompe con
la arquitectura del centro de Sayula.
Porque
finalmente además de la conservación que aún tiene Sayula de construcciones
como son los templos, los portales y casonas, es decir su arquitectura, también
posee, buenos hoteles, personajes ilustres, historia, tradiciones, artesanías y
un buen clima, todos elementos indispensables para atraer a los visitantes.
Antes de pasar a regresarme a
Zapotlán el Grande mi ciudad, tuve la iniciativa de visitar a un conocido
médico y periodista al Dr. José Amador Serrano Villalobos. Un amigo suyo acá en
Ciudad Guzmán –el naturista vegetariano don Ramiro- me comentó que hace años el
doctor Amador había fundado en Sayula una escuela de homeopatía y había salido
una generación de homeópatas que él mismo había preparado o capacitado. Fui a
preguntarle si aún tenía esa iniciativa, pero me dijo que no, porque no había
permisos por parte de las autoridades educativas. Me habló que actualmente
muchas escuelas de homeopatía de Guadalajara y otras eran meros negocios con
baja calidad académica.
Al final pensé ir a visitar al
escritor y profesor Germán Pintor, pero ya era tarde, pasaban de las tres y
media de la tarde, tenía que regresar a Zapotlán a buena hora, por lo que dejé
para otra visita el ir con este ilustre hombre bondadoso. Después de todo el
visitar la vecina Sayula, para mí es siempre motivo de una buena estancia.
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