martes, 2 de febrero de 2016

Mi última visita a Sayula




Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

    El pasado miércoles 27 de enero del presente año, tuve a bien hacer una visita a la vecina población de Sayula, Jalisco. La razón que me llevó por aquella población sureña fue que iría a visitar a mi confesor el Padre Fray Javier Rodríguez también conocido como “el ocho” al convento de la nuestra señora de Guadalupe o conocido como el Santuario. Una vez que lo saludé y recibí el sacramento de la reconciliación, pasé a ver algunas personas que ocasionalmente visito y que me honran con su amistad.

    Ya de regreso del Santuario, llegué a la casa ubicada en el centro de la población, propiedad de mi amigo el señor don Benjamín Díaz. Hombre muy atento y educado que siempre me ha ofrecido su amistad y su buena plática. Me comentó algo importante que tiene que ver con Sayula, que el señor presidente del ayuntamiento sayulense, los había convocado a una reunión donde Jorge Campos proponía buscar que Sayula se le diera el nombramiento de “Pueblo Mágico”. Denominación importante para convertirla en población turística.

    Don Benjamín le recomendó mucho al actual edil, que no descuidara el aseo público, sobre todo, en el centro histórico, ya que la gente le da por tirar papeles, embaces de plástico de refresco, etc.

    Una vez que me despedí y salí de la casa de don Benjamín, pasé para llevar un curriculum vitae, a un hombre importante y que es todo un personaje –diríamos emblemático de esa ciudad, me refiero a don Federico Munguía Cárdenas. Una vez que llegué a la actual casa donde reside a escasos metros de su antigua morada; la actual casa donde  vive es una hermosa residencia, que es habitada por su hija y su yerno. En la plática con don Federico me dijo que le había propuesto al gobierno municipal que tumbaran el actual mercado que se ubica ahí en el centro. La propuesta de Federico es que se haga una plaza –un espacio físico para el esparcimiento de los sayulenses-. Me parece adecuada la idea de Munguía Cárdenas  porque el actual mercado es feo y rompe con la arquitectura del centro de Sayula.  

    Porque finalmente además de la conservación que aún tiene Sayula de construcciones como son los templos, los portales y casonas, es decir su arquitectura, también posee, buenos hoteles, personajes ilustres, historia, tradiciones, artesanías y un buen clima, todos elementos indispensables para atraer a los visitantes.

    Antes de pasar a regresarme a Zapotlán el Grande mi ciudad, tuve la iniciativa de visitar a un conocido médico y periodista al Dr. José Amador Serrano Villalobos. Un amigo suyo acá en Ciudad Guzmán –el naturista vegetariano don Ramiro- me comentó que hace años el doctor Amador había fundado en Sayula una escuela de homeopatía y había salido una generación de homeópatas que él mismo había preparado o capacitado. Fui a preguntarle si aún tenía esa iniciativa, pero me dijo que no, porque no había permisos por parte de las autoridades educativas. Me habló que actualmente muchas escuelas de homeopatía de Guadalajara y otras eran meros negocios con baja calidad académica.

    Al final pensé ir a visitar al escritor y profesor Germán Pintor, pero ya era tarde, pasaban de las tres y media de la tarde, tenía que regresar a Zapotlán a buena hora, por lo que dejé para otra visita el ir con este ilustre hombre bondadoso. Después de todo el visitar la vecina Sayula, para mí es siempre motivo de una buena estancia.


  

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