martes, 16 de febrero de 2016

El problema de la drogadicción entre nuestros jóvenes



Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Un problema reciente que se viene presentando en nuestra comunidad de Ciudad Guzmán, es el que algunos jóvenes deambulan por sus calles fumando o consumiendo marihuana. Estos pobres jóvenes que han caído en las garras de la drogadicción, en ocasiones se acercan a la gente para solicitarles dinero o alguna moneda para conseguir algo de comida, algunos se ven ya trastornados de sus  capacidades mentales. Esta situación se ha venido acrecentando desde hace algún tiempo, ver a muchachos en malas condiciones de higiene no solo mental sino de ropa y corporalmente. Ellos solicitan el dinero para conseguir o seguir consumiendo droga, porque como adictos que son a ella no pueden sustraerse de su uso o consumo.

     Otros de esos mismos jóvenes, al no poder conseguir la necesaria cantidad para la compra de estupefacientes, les da o toman la opción "fácil" de robar. Por eso en algunos sectores de la ciudad, y quizás en el barrio o colonia donde usted vive suceda que ellos ingresen o se metan a las viviendas para ver que pueden sustraer, y así luego malbaratar los objetos hurtados, para posteriormente ir a la compra de droga y seguir consumiendo y alimentando su vicio.

     Este tipo de problema acarrea a otros muchos, así hemos sabido de muchos que les han robado sus bicicletas, los estéreos de su automóvil, han dado el famoso cristalazo en el automóvil para llevarse aquella bolsa o aquel artículo que olvidó dejar el dueño o posesionario dentro de su auto y que los delincuentes ven necesario tener porque bien pudieran obtener algún dinero u objetos que venderían.

     Ante esta situación triste y lastimosa que viven algunos de nuestros jóvenes, ellos que han caído en la esclavitud de la drogadicción, se vuelve  útil y necesario un programa de gobierno para concientizar a la ciudadanía en general del peligro que significa para toda  persona el consumir estupefacientes, especialmente en los jóvenes, y así del daño que ocasiona para la salud,  algunas veces de forma irreversible, en los consumidores.

     Organismos públicos como el DIF, debe de crear programas permanentes de prevención ante este grave problema, y desarrollar una promoción e informar de este programa a la comunidad y en particular a los padres de familia y a los jóvenes para que no se dejen atrapar por este flagelo.

     Hoy aquí en México vemos lejanos aquellos años, donde sabíamos de la alta drogadicción imperante en la vecina nación de la unión americana (Estados Unidos); ahora aquí entre los nuestros es una realidad el problema.  Nuestros jóvenes empiezan a consumir drogas por diversas razones como, desde el saber que se siente, el evadir la realidad difícil en que viven, hasta por el simple gusto (con fines recreativos) y la adicción creada.

     Los padres de familia tienen por su parte una importante responsabilidad para evitar que sus hijos caigan en el problema, asumiendo su compromiso de educadores y guías en el comportamiento moral de sus hijos. El dar consejos y orientación a una actitud positiva y sana ante la vida, las cosas y la sociedad, es tarea fundamental de ellos, para que pueda formar hijos y ciudadanos rectos y útiles para la sociedad.

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