lunes, 23 de abril de 2018

El primer debate de los candidatos presidenciables

                                            El primer debate denigración de los candidatos.

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

El domingo pasado tuvimos por televisión el esperado debate presidencial  entre los candidatos para la próxima elección presidencial.  Las definiciones están dadas. Por un lado están los candidatos que seguirán con el Status quo (orden ya establecido) y por el otro la propuesta de un cambio de régimen. 

    El hecho significativo de este primer debate presidencial fue el ataque sistemático por parte de los 4 candidatos, especialmente de tres. El independiente: "El Bronco", Meade por parte del PRI, y Anaya del PAN-PRD, contra el candidato de Morena, López Obrador. Piensan estos candidatos torpes que los ciudadanos somos tontos, porque, los tres que atacaban como "perros rabiosos", cabilan que no los conocemos o no sabemos de sus fechorías de cada uno de ellos (todos tienen cola que les pisen), además de los errores y horrores que han cometido sus institutos políticos que cada uno representan mientras han gobernado. 

    Es una verdadera vergüenza para México este debate en dos sentidos: 1. Que la violencia acendrada que vivimos los ciudadanos en todo el país, que vemos a diario tanto por noticieros como en nuestras comunidades, ese mal que acontece en nuestras respectivas comunidades o clima enrarecido -de alguna forma el ataque que se dió de todos contra uno, en el debate- los candidatos lo están trasladando a un ejercicio que debiera ser civilizado y legitimo, organizado por una institución pública como es el INE y no una campaña campal. 

     Y dos (2) que durante dos horas de duración  del citado debate, no haya habido ninguna propuesta seria o formal de lo que harán y cómo lo sustentarán por parte de cada candidato, porque los señores nada más se dedicaron a estarse atacando como si el escenario fuera un circo: aquello de ´dale al pueblo Pan y Circo y lo tendrás contento´ (enajenado). No necesitamos una "guerra" entre los candidatos, tirándose, los ciudadanos ya sabemos quién es quién, y las mentiras que han usado sexenio tras sexenio mientras son candidatos, después cuando llegan, si me acuerdo, ya es mucho. 

    El Instituto Nacional Electoral debe de ser institución sería y no fomentar esta "jauría de perros" sino una exposición civilizada de contendientes que buscan con la civilidad y la verdad llegar con dignidad a ser los máximos representantes populares (estadista) y no unos sofistas (mentirosos) que sólo opacan y quitan valor a la palabra con sus mentiras, apasionamientos y enconos. 

    Señores que no nos domine el apasionamiento, seamos equilibrados en la palabra y en la acción. Somos un país de instituciones, de leyes, con cultura. Ojalá que ya no se siga permitiendo este hostigamiento y las medias verdades, seamos civilizados. Finalmente, la mayoría de ciudadanos de a pie, vive en carne propia la realidad inobjetable de la difícil realidad por la que está pasando el país. Por más que algunos candidatos se comporten como "perros rabiosos", por querer estar arriba en las encuestas y ganar las elecciones, los ciudadanos ya sabemos quién nos conviene o simplemente quién hará y seguirá con el status quo imperante en el país. (Las cosas como están).  

    

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