martes, 27 de octubre de 2015

El Ensayo, género literario


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

¿Qué es el ensayo literario?
Según el filósofo francés Jean Paul Sartre, el ensayo es un género literario que no tiene definición, lo decía así: “Género que es y que no es”, es decir, que se diluye. Bien podemos hacer definiciones claras sobre otros géneros literarios, por decir, el cuento, la narración o la novela. El mismo Sartre se hacía la interrogante, ¿Qué no es el ensayo? Nosotros contestamos esta pregunta diciendo, que el ensayo es flexibilidad absoluta, forma o toma de formas diversas. Pero antes de seguir con nuestro tema del ensayo literario, vamos a tomar una relación cultural en relación con la historia del hombre, para luego concluir con nuestro tema medular sobre el ensayo.

La relación del lenguaje con la historia
“El ser humano es el animal que habla”. Eso nos lo dicen los antropólogos. Aristóteles nos da una definición de hombre como: “ser político”.  Según los estudiosos de la lingüística se da la relación en el género humano, se da esta operación secuencial, como: lengua (universal) > habla (particular) > Cultura.  La escritura desplazó a la mímica que en el hombre era la manera primitiva como se comunicaba. Hasta antes de la escritura todo se transmitía de forma oral. De esta manera fue un cambio fundamental la creación de la escritura porque se inicia la historia y se deja atrás la prehistoria, es decir se crea el archivo de la memoria de la humanidad.

Escritura y literatura en el tiempo
La escritura por si misma no es un mito, es historia es racionalidad clave para la literatura y fundamentalmente para el ensayo. Este género del ensayo se vuelve una necesidad racional. Lo que consideramos “perdidas”  en general, por el devenir o la sucesión del tiempo, en el sentido ⁹, cuando nosotros cambiamos nuestra perspectiva de las cosas o de la dimensión de lo que hacemos estamos cambiando automáticamente nuestro tiempo.  Recordemos aquel concepto del tiempo no lineal sino circular, es decir una serie de hechos que nos llevan a la repetición de actos o hechos más o menos parecidos. También definido como tiempo calendárico. Nuestra cultura tiene cinco mil (5,000) años con la escritura, en ese sentido la época prehistórica es muy amplia frente a lo que llamamos historia. Todavía aún de forma delimitada, apenas llevamos 500 años de imprenta.

Hoy sabemos que los griegos cultos no sabían leer, tenían ellos maestros que les leían, les explicaban  o les enseñaban, como muestra, Aristóteles fue preceptor y maestro del gran Alejandro Magno. En ese tiempo para los griegos los que sabían leer lo tomaban como un trabajo (empleo).

La lectura y la escritura un elemento esencial
Es a partir del invento de Gutenberg (la imprenta) que se acentúan la lectura y la escritura. Para contrastar lo que digo, otro invento fundamental para la cultura, está en la fotografía que lleva 150 años. Este arte representa más o menos la “objetividad” sin supuesta subjetividad, es decir, supuestamente no tiene subjetividad.  Pero con el desarrollo de ese invento de la escritura, no fue casualidad la aparición de las obras de Cervantes, Shakespeare, la creación de la imprenta y los ensayos de Miguel de Montaigne son frutos de los contextos históricos en el devenir humano de la cultura. De forma particular, de ese uso de la escritura y su socialización en la edición de libros que formó parte de la cultura literaria, por ilustrar un poco; la verdadera historia  del Quijote, es que se vuelve loco por leer, así como Rousseau fue el primero en contar (narrar) su vida. La imprenta de alguna manera es la que crea la democracia en la era moderna.

Contraste entre ensayo y medios modernos de comunicación
La creación de la enciclopedia en la era de la razón, fue una colección de ensayos sobre temas diversos tratados en su tiempo y por sus autores. Sin embargo se crearon (inventaron)  otros medios de comunicación que trataban asuntos o temas como el ensayo lo hacia. El cinematógrafo se inventó mas o menos en (1895), la televisión en (1952), la Radio en (1906) y el Internet en (1988). De esta manera,  nos damos cuenta que la parte técnica va más rápido que la parte humana. De tal manera que cualquier cambio cultural en la sociedad está trazado por el cambio de concepto.



El ensayo, lo que es
En cuánto a formas, el escritor Samuel Becket su literatura peligrosamente cercana al autismo, todavía no es plenamente entendida y comprendida. Es por eso, que en el tiempo Miguel de Montaigne, pensaba en relación a la literatura, que él no quería escribir una obra como la Divina Comedia de Dante, o los poemas épicos como la Ilíada o la Odisea de Homero, porque Montaigne descubre el subjetivismo puro. En esa relación existen varios tipos de ensayo: Ensayo científico, ensayo filosófico, ensayo literario o de la imaginación (subjetividad). Como género no tiene el tiempo para la posteridad, es decir, que se piensa así mismo. De esta forma su condición hace que permee a los demás géneros literarios. Por eso el ensayo es una novela o un cuento donde las ideas son los personajes, para muestra están los ensayo-novela de Guillermo Jiménez (1891-1967) por ejemplificar, su obra: ¿Quién es el autor de la Imitación de Cristo? con morfología hibrida.

En el ensayo desde el principio no sabemos que vamos a decir o por lo menos cómo. Tiene sus propias normativas, una que es fundamental y fundacional es iniciar con una tesis y de ahí ir desgranando el tema.  Las primeras frases de la página (tesis) lo da la inspiración o el conocimiento, y las siguientes 500 páginas los da el trabajo, como vulgarmente lo decía Vicente Leñero, lo dan las “nalgas” por estar sentado por tanto tiempo. El ensayo tiene múltiples interpretaciones o apelaciones por parte de su lector. A diferencia del cuento o de la novela que es de mutuo propio (la forma es particular) en el ensayo es por encargo.






viernes, 16 de octubre de 2015

El mito del hábitat del Maestro José Ortega y Gasset



Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
En memoriam al maestro filósofo Roberto García Correa
El filósofo José ortega y Gasset dictando la conferencia en la universidad alemana de Baden-Baden

Cualquier labor que lleve al mejoramiento material de cualquier ciudad o población será siempre bien avalado por su comunidad en general, así como por el ciudadano común.  Los que son transeúntes en zonas donde se desarrolla una obra material -por ejemplo, ahora que se están haciendo las obras de la línea 3 del tren ligero de la ciudad de Guadalajara-, todas ellas producen molestias que ello conlleva, como son: polvo, cierre de calles, dificultad vial para los automotores, etc., se vuelven un verdadero problema transitar por las mismas, pero sin embargo, es parte de una situación normal (las molestias) mientras duren sus obras, pero una vez éstas son concluidas termina el problema, y es entonces que vemos sus beneficios. 
     Uno de los  aspectos que causa mayor impresión, es ver  esas calles abiertas con montones de tierra y profundas excavaciones como si fuera un cuerpo humano diseccionado en una plancha del nosocomio.  La abundante tierra  y polvo que se desparrama es causa de ciertos trastornos, porque los pisos de las casas adjuntas a la obra se ensucian más fácil y, el calzado del caminante se opaca más rápidamente por el polvo. Otra percepción que es más espiritual, que es inconsciente; dado que hace remitir a la profundidad del propio ser humano, son aquellas palabras bíblicas: “Polvo somos y en polvo nos hemos de convertir” –reflejo de nuestra condición frágil y efímera-. 
     Pero todo los trastornos, impresiones y demás que pudieran causar una importante obra en construcción, que es útil y necesaria, bien vale como se dice: “la pena”, porque mejorará las condiciones y el servicio a un sector de la población –vale decir, avenida o calle o un barrio o un sistema de transporte que beneficiará o mejorará la infraestructura de la ciudad. 
      Esto me hace pensar en aquella conferencia, que se ha vuelto un referente en algunos estudios de la antropología filosófica, donde el maestro filósofo español José Ortega y Gasset (aquel de la famosa y célebre  frase: "Yo soy yo y mi circunstancia") impartiera en la universidad alemana de Baden-Baden, poco después de la Segunda Guerra Mundial, donde es invitado a un congreso de ingenieros y arquitectos que buscan crear criterios para analizar y, de ahí iniciar lo que sería la reconstrucción de la Alemania de posguerra. Eran momentos donde aquella nación teutona vivía las secuelas de la guerra con una destrucción que había sido hasta sus cimientos.  
     Ortega Y Gasset al presentarse en aquella celebre apertura ante aquel público especialista. En su discurso el filósofo, les dice: “Les voy a hablar de un mito”. En épocas anteriores a la actual, cuando los monos vivían en zonas donde podían ser atacados por sus depredadores, esos monos tuvieron que elegir zonas pantanosas como hábitat, donde la topografía del suelo los protegiera de los ataques de las fieras. 
     Cuando aquellos monos habitaban en esa zona entre los árboles, cundió una epidemia de paludismo, la cual les causó como secuela de esa enfermedad, que la parte posterior de su cráneo y el cerebro se les hinchara o inflamara,  lo que eso, conforme pasó el tiempo fue evolucionando, dando como efecto que aquellos simios empezara a utilizar mucho como herramienta para sus propias necesidades la mano, y con ello se volviera un animal técnico; posteriormente esto evolucionó en homo sapiens (el hombre que piensa) o sea el hombre como lo conocemos ahora. 
     Esta importante ejemplificación que hizo el maestro Ortega y Gasset de la evolución del animal, a pesar de las grandes dificultades y retos que se le presentaban a la animalidad (a los monos), y que de eso la consecuencia fue benévola. Lo fue como reflexión para los ingenieros y arquitectos alemanes con respecto a las condiciones existentes en aquella Alemania de posguerra y su posterior reconstrucción. Hoy nosotros, cuando vemos las molestias causadas por una obra en construcción, que de manera inmediata nos causa malestar, el día de mañana se verán los beneficios que traerá la misma, porque con la nueva infraestructura, la ciudad, el barrio o la calle serán más cómoda, estética y funcional.   

martes, 13 de octubre de 2015

Los Estridentistas

(La cultura Post-revolucionaria en México) 
Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

      Así como el continente americano dio una vanguardia literaria para el mundo con el modernismo, que a lo largo y ancho del continente se manifestó en autores como Rubén Darío en Nicaragua o Amado Nervo en México; José Asunción Silva en Colombia o Julio Herrera y Reissing en Uruguay. En México en los albores del siglo XX surgió una vanguardia cultural y literaria para todo el orbe y, este fue el movimiento Estridentista.
     Nace en la ciudad de México el 31 de diciembre de 1921, en un manifiesto lanzado por el poeta Manuel Maples Arce, titulado: "Actual No. 1. Hoja de vanguardia", mismo que se sumaron a la convocatoria otros miembros, entre los más destacados son: Germán List Arzubide, Arqueles Vela y Leopoldo Méndez, entre otros.
     Los principales estridentistas se establecen en 1924 en Xalapa, Veracruz, ciudad que ellos la rebautizarán como Estridentópolis. Misma población donde desarrollarán toda su labor cultural, literaria y educativa. Apoyarán en la fundación de la Universidad Veracruzana; ellos así mismo fueron apoyados por su mecenas el gobernador del estado Heriberto Jara, al ser depuesto este político como gobernador, el grupo estridentista se disolvió en 1927.
     Los estridentistas dan cabida a las expresiones de la cultura popular y de masas del México de los años veinte, lo mismo que asimilan influencias de otras vanguardias como el futurismo, el cubismo y el dadaísmo. Su eclecticismo los llevó a procurar una simbiosis original entre todas las tendencias de la vanguardia, además de desarrollar una dimensión actualista y social, derivada de la Revolución Mexicana. 
       Junto con la generación literaria de  Los Contemporáneos, representan el impulso de renovación estética y cultural hacía una literatura moderna y Cosmopolita en México.
     Entre sus revistas se cuentan: Ser (1922), Irradiador (1923), Semáforo (1924) y Horizonte (1926-1927), además del periódico "El Gladiador". 
     El termino estridentismo viene de que ellos querían manifestarse con mucha estridencia. Con estas palabras el poeta Germán List Arzubide  definió el termino: “El estridentismo se llamó así por el ruido que levantó a su derredor. ¿Qué fue lo conseguido? Sacudir el ambiente. Si hoy no se admiten dioses literarios, fue nuestra irreverencia la que los arrojó de los altares".




martes, 6 de octubre de 2015

La generación de los 7 sabios de México



(La cultura post-revolucionaria en México)

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

     “La generación de los 7 sabios de México” o también conocida como la “generación de 1915” surge el 5 de septiembre de 1916, la formaban jóvenes estudiantes de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional de México. Los fines para los cuales fundaron este grupo cultural fue propagar la cultura entre los estudiantes. El título o mote de los “7 sabios de México” como era conocido fue puesto por otros jóvenes compañeros de estudio en burlona referencia a los siete sabios de Grecia. Sin embargo, el pertenecer a este grupo con el tiempo, se volvió un prestigio.

     Una de las actividades realizadas por sus miembros, era el organizar conferencias. El nombre oficial del grupo fue: “Sociedad de Conferencias y Conciertos”.

     Los miembros integrantes fueron siete, la mayoría posteriormente se destacaron ampliamente en sus quehaceres profesionales a saber fueron: Manuel Gómez Morín, que se convirtió con el tiempo en uno de los fundadores del Partido de Acción Nacional (PAN), también escribió un libro donde hablaba de esta generación  cultural.

     Alberto Vázquez del Mercado, fue otro de sus miembros, quien sería un extraordinario ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

     Antonio Castro Leal destacado literato, investigador de las letras nacionales.

     Vicente Lombardo Toledano, político, doctor en filosofía, y licenciado en derecho, líder sindical, fundador de la Universidad Obrera de México y director hasta el día de su muerte. Primer secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM); así mismo, funda la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL); y Vicepresidente de la Federación Sindical Mundial (FSM). Como ideólogo, siempre abrazo las causas sociales, ya que fue socialista funda el Partido Popular Socialista.

     Alfonso Caso, abogado, arqueólogo y antropólogo mexicano, que hizo importantes contribuciones al conocimiento de las culturas mesoamericanas precolombinas, especialmente sobre las del área oaxaqueña, entre sus grandes descubrimientos sobresalen la ciudad prehispánica de Monte Albán, con su magnífica tumba 7, y varios sitios en la zona Mixteca. Producto de esos descubrimientos fue una gran cantidad de libros, artículos y reportes que escribió, además de las conferencias, charlas y clases que impartió. Sus obras son aún necesarias para el estudio de las culturas mesoamericanas, sobre todo de la zapoteca, la mixteca y la mexica.

     Teófilo Olea y Leyva, era un excelente ministro de la corte, y finalmente otro de los miembros fundadores fue Jesús Moreno Baca.

     Posteriormente se adhirieron a la Sociedad de Conferencias y Conciertos: Narciso Bassols que con el tiempo fue secretario de educación pública, ejecutor del proyecto cardenista de la educación socialista en las escuelas públicas mexicanas, además de ser fundador del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Luis Enrique Erro, Músico y compositor. Daniel Cosio Villegas, intelectual, escritor, historiador y fundador de la Casa de España en México hoy El Colegio de México. Otros fueron: Juvencio Ibarra, Miguel Palacios Macedo y Manuel Toussaint que fue un destacado escritor de la crítica del arte.

     Algunas de las labores del grupo y de sus miembros, estuvieron en las conferencias que organizaron en el Museo Nacional de Arqueología e Historia; Así como la acción de restructuración de la orquesta Sinfónica Nacional que dirigía el maestro Julián Carrillo.

     Las conferencias que organizaban también fueron reproducidas en la revista literaria San-Ev-Ank y en periódico El Universal. Esta generación de jóvenes junto con su maestro el filósofo Antonio Caso fundan la Revista Técnica Universitaria, que tiene como objetivo, el que escriban sus miembros artículos, ensayos o reseñas para dar a conocer las actividades del grupo, así como transcribir las conferencias para ser publicadas.

     Los miembros de la generación de los 7 sabios de México, además fueron profesores de la Preparatoria Libre y de la Universidad Popular Mexicana, así como articulistas en diversas revistas y periódicos como: Excelsior, El Heraldo de México y en el Universal Gráfico.