martes, 8 de septiembre de 2015

La Novela de la Revolución


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar


   Es conocida como la novela de la Revolución a la producción literaria del género novelístico que se desarrolla a partir de los hechos y sucesos que acontecen en torno de la lucha armada y sus caudillos. Acciones que son plasmadas por los escritores de esa generación.

     Por eso la novela de la Revolución, sus autores se inspiraron en actos como: la decena trágica, la toma de Zacatecas, los enfrentamientos entre los distintos bandos, batallas y una serie de hechos, personajes y etnias -como la incorporación de los indios a las luchas-, acontecidos en torno a la cruenta guerra revolucionaria.

     Algunos de sus autores fueron parte de los hechos como el propio Mariano Azuela y Martín Luis Guzmán, para otros en cambio los acontecimientos llegaron hasta su lugar de origen o donde vivían o se encontraban, como fue el caso del escritor michoacano José Rubén Romero.

     Los antecedentes literarios en esta materia novelística fue: “La bola” (1887) de Emilio Rabasa“; Tomochic”  (1892) de Heriberto Frías; “La parcela” (1898) de José López Portillo y Rojas; “Viva el Amo” que es una obra teatral de Marcelino Dávalos; “Fracasados” (1908), “Mala yerba” (1909), “Andrés Pérez Maderista” (1911), todas obras de Mariano Azuela, que fue el novelista de la revolución por antonomasia. 

     Pero el proceso revolucionario se reflejaría plenamente en las letras mexicanas hasta avanzado los años veinte. Los novelistas y escritores arquetipicos de esta generación de la novela la revolución son: Rafael F. Muñoz, Martín Luis Guzmán, José Vasconcelos, Mauricio Magdaleno y Francisco L. Urquizo.

     Posteriormente se hermanaron con la temática revolucionaria y costumbrista múltiples escritores de la talla de Rubén Salazar Mallén, Gregorio López y Fuentes, José Mancisidor, Miguel N. Lira, José Rubén Romero y Nallie Campobello.

     Las novelas emblemáticas de la revolución son: “Los de abajo” (1915) de Mariano Azuela; “El águila y la serpiente” (1828), “La sombra del caudillo” y “Memorias de Pancho Villa” (1940) de Martín Luis Guzmán; “La vida inútil de Pito Pérez” (1938) de José Rubén Romero; “El indio” (1935) de Gregorio López y Fuentes; “¡Vámonos con Pancho Villa!” (1931) y “Se llevaron el cañón para Bachimba” (1941) de Rafael F. Muñoz; “Tropa Vieja” de Francisco L. Urquizo y “Cartucho” (1931) de Nellie Campobello.


     La temática fue muy amplia en obras y autores, esa riqueza narrativa solo pudo darse plenamente por las circunstancias de inspiración que dio la lucha revolucionaria. Y simplemente basta recordar aquella tesis de que en tiempos de paz o armonía, no se produce algo significativo en las artes, la cultura y la ciencia. Tuvo que llegar esa confrontación en nuestro país para que se manifestara en las letras mexicanas esta importante temática conocida como la novela de la Revolución así como sus autores.
Es 

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