martes, 1 de septiembre de 2015

El Ateneo de la Juventud


Rostro en caricatura de algunos de los miembros del Ateneo.

Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar. 

La Revolución de 1910-1917 replanteó muchos de los valores y expresiones culturales de los mexicanos. Para que esto se diera, fue importante la crítica dada por importantes intelectuales a significativos sectores de la sociedad del mundo porfirista y sus muestras de agotamiento; todo eso llevó a esta nueva cultura que llámanos post-revolucionaria a manifestarse y posesionarse en el país. Como antecedente, de los primeros indicios del surgimiento de esta cultura con valores nacionales, se dio la presencia y manifestación ante la sociedad mexicana y de la capital de república del  llamado grupo cultural: "El Ateneo de la Juventud".

   Esta generación de importantes jóvenes escritores, intelectuales, estudiosos y profesionistas les dio por formar a finales 1909, en concreto un 28 de octubre de aquel año, este espacio de proyección que también fue llamado: “El Ateneo de México”. Destacan los hombres y nombres  que formaron parte de esa importante generación: José Vasconcelos, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña, Ricardo Gómez Robledo, Martín Luis Guzmán, Isidro Fabela, Julio Torri, Alfonso Reyes, Enrique González Martínez, Manuel M. Ponce y Diego Rivera entro otros. El Ateneo según algunos de sus miembros, había sido una especie de detonador intelectual y cultural revolucionario. Lo que actualmente el conocido historiador Enrique Krauze llama: “Caudillos culturales de la revolución”.

    El Ateneo de la Juventud tiene una duración efímera de apenas 3 años, dado que termina su labor en 1912, al tiempo que se disolvió. Sin embargo, su función es fundamental y fundacional en la historia cultural del país; significa la transición del viejo modelo porfirista afrancesado a un nuevo modelo cultural nacionalista.  Se empieza ya a vivir el cambio, que se vendrá dando o mostrando con mayor ímpetu y fuerza terminada la lucha revolucionaria.

    Mientras que el período educativo, artístico y cultural del porfiriato se dieron las copias de los modelos afrancesados, comportamiento que asumieron la clase social más elevada. Esos modelos de imitación pernearon en las artes como son:  en la arquitectura,  en la literatura, en la vestimenta y en el pensamiento. Pero con la irrupción de esa nueva generación cultural del Ateneo de la Juventud se replantean muchos de aquellos gustos y formas proclives de la sociedad porfirista. Por citar en el rubro de la cultura, se tenía como  modelo al positivismo y las lecturas de pensadores como: Augusto Comte y Emilio Litree. Por su parte, en el Ateneo se estudiaban otras innovadoras corrientes de pensamiento vigentes del continente americano y europeas; se lee a los filósofos de enboga como: al italiano Benedetto Croce, al francés Henry Bergson, al alemán Federico Nietzsche y al inglés William James.


    Con  la irrupción del Ateneo de la Juventud en la historia de  la cultura mexicana, la propuesta que hace en ese momento a la cultura nacional toma dimensiones trascendentales. Desde el instante que replantea las innovaciones de la cultura universal y la riqueza cultural de los mexicanos, es el primer indicio de  lo que vendrá después con la consolidación de la cultura nacionalista, siendo ésta plenamente identificada con el México de sus costumbres, de su riqueza étnica y cultural y con la irrupción de lo popular en la escena diaria.


                                         Los ateneístas sesionando en una de sus reuniones.


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