miércoles, 23 de diciembre de 2020

2020 año inaudito marcado por una pandemia y 2021 la esperanza de regresar a cierta normalidad

                                  2020-2021 entre la enfermedad y la esperanza de superarla


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Estamos a muy pocos días de que termine el presente año de 2020. Ya prácticamente dando el cierre de las actividades correspondientes al último mes del año y vislumbrando lo que será el nuevo que vendrá. La antropología filosófica nos dice que el hombre entre las cualidades que posee es la de tener o ser un ente futurizo. Lo digo porque cada año entre él último día del mismo en el calendario y el nuevo día del siguiente en los diferentes países y ciudades las personas esperan el año con ansia, pensando que este tendrá nuevas oportunidades para iniciar cosas o vivir nuevas realidades con la esperanza de hacer aquello que se ha postergado por mucho tiempo. 

    En ese aspecto, muy pocos imaginaron exactamente hace ya casi un año, cuando despedían el año viejo de 2019 para esperar el nuevo que entraría, 2020; poco se imaginaban que el mismo vendría lleno de incertidumbre, tragedias, sufrimiento, enfermedad para toda la humanidad (pandemia), muerte, crisis económica mundial y un largo etcétera.

    En los noticieros o telediarios vimos como en ciudades tan disímbolas como Sydney en Australia, Hong Kong en China, Londres en Inglaterra o Nueva York en los Estados Unidos, recibían el año con juegos pirotécnicos, festejos, cenas, abrazos y besos o convivencia familiar sin saber o imaginar los que se vendría; un año oscuro, inaudito y raro que estaría marcado por una pandemia que para estos tiempos postmodernos era una situación inédita, dado que a casi ninguno de nosotros nos tocó vivir antes una situación similar, ya que la última enfermedad extendida por el mundo había sido la de la gripe española en 1918, donde no habíamos nacido la mayoría de los que hoy vivimos.

    En esta ocasión de fin de año que viene con algunas restricciones propias y sugeridas por las instituciones de salubridad de no hacer festejos, no reunirse en forma masiva tanto en lugares como en las casas, sino que más bien sea un momento familiar íntimo y restringido. Todo eso para evitar los contagios y la propagación de la plaga del Covid que en este momento se ha recrudecido su transmisión y que de paso nos ha azotado fuertemente durante parte de este año 2020. La esperanza para el 2021 es que ya existe la vacuna contra esta enfermedad mundial, y el que se empiece su aplicación a nivel global, en todos los países, para que eso nos lleve a erradicar la enfermedad. De tal manera nos pone a pensar que la plaga empezará a bajar y con ello volver a una cierta normalidad como se vivía hasta antes de la pandemia.

    Esperemos que el próximo año 2021 sea infinitamente mejor que el presente, porque en verdad lo necesitamos. Pidamos a Dios que nos conceda un buen año y de nuestra parte hagamos lo que nos corresponde hacer del mismo, un digno y venturoso tiempo de alegría y paz. Por lo que a mí me corresponde a mis amigos, parientes y conocidos les deseo lo mejor para este siguiente año, que todos sus sueños y proyectos se hagan realidad. Enhorabuena y feliz 2021. 

    

     

miércoles, 16 de diciembre de 2020

La venida intermedia de Jesús en esta Navidad



En esta navidad podemos hacer nuestra lo que se ha dado en llamar, 
 la venida intermedia de Jesús

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar 

Según la tradición cristiana, hace 2020 años nació en un pequeño pueblo de Palestina llamado Belén, el que sería llamado posteriormente como Jesús de Nazareth que viene a ser El Mesías esperado por todo el pueblo de Israel para venir a Salvarlos. Esa primera venida del hijo de Dios a nuestro planeta está considerada históricamente porque vino al mundo a manifestarse y a darnos a conocer los designios de su Padre Dios y para redimirnos de la situación que vivía el hombre en pecado y de alejamiento de Dios. 

    Esa primera visita de Jesús en nuestra era (nuestro tiempo) que nos ha tocado vivir, la celebramos en este mes de diciembre como La Navidad que significa el nacimiento del hijo de Dios hecho hombre y que también es conocida como la natividad.  Vino el verbo de Dios o también conocido como La Palabra a encarnarse en el género humano. Por eso este tiempo es tomado como un momento especial, dado que el ambiente así se nota, se ve festivo, alegre y familiar. 

    Para nosotros los cristianos es un tiempo fuerte, alegre, porque significa mucho para los seguidores de Jesús por la venida de Cristo, y la recordamos como un acontecimiento trascendente para toda la humanidad. Es pues un tiempo este para estar con la familia (los nuestros) y con la comunidad.  Sin embargo, para los cristianos esperamos la segunda venida de Jesús que vendrá a ser la última y definitiva. Es esta misma la que se hará presente entre nosotros con toda la gloria y majestad (parusia) él vendrá consumar los tiempos. El credo de los apóstoles nos lo dicen, que al final de los tiempos "vendrá a juzgar a vivos y difuntos y su reino no tendrá fin". 

    Y existe eso que San Bernardo de Claraval llamaba una "venida intermedia", que es la que ahora tratamos de festejar y vivir en la fiesta de la navidad. Esta presencia del hijo de Dios en nuestra comunidad y personalmente en esta época del año, lo rememoramos y lo celebramos con el nacimiento de Jesucristo, que se puede hacer presente en nuestro corazón, es decir, como un sacramento de un encuentro personal con Cristo, en su conmemoración de su nacimiento  como el niño Dios.  

    Para que se haga posible esta "venida intermedia" de Jesús a nuestro corazón debemos estar preparados para recibirlo, por ello la Iglesia nos ha puesto un tiempo especial que llamamos de Adviento, que es un momento litúrgico fuerte de preparación para la espera de ese revivir el nacimiento del hijo de Dios. Este acontecimiento eclesial viene a ser de conversión, de cambio para poder recibir dignamente a tan gran personaje y estar preparados en nuestro interior de tal manera el Emmanuel el "Dios con nosotros", como lo proclamaba el profeta Isaías, se quede en  mí y en los nuestros. 

    Aprovecho este espacio de expresión, de escritura y de periodismo para desear a mis lectores y a todos, una muy feliz navidad que también hago extensiva a sus familiares; que la gracia del  niño Jesús haga posible que en esta navidad nazca en sus corazones y los llene de paz, felicidad y gozo. Enhorabuena y un abrazo fraterno.  

    

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Cambios paradigmáticos en la educación generados por la pandemia del coronavirus

La implementación generalizada y constante de la tecnología como recurso educativo extensivo
será una consecuencia de la pandemia


Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

Este año de 2020 con el desarrollo de la pandemia de la plaga del Coronavirus a nivel global vino a cambiarle la vida no sólo a las personas, sino también a las instituciones de las más diversas actividades. Una de esas instituciones que para bien vendrán a cambiar con la situación que generó la citada pandemia, por el cambio de hábitos que se dio para evitar la propagación o contagio de la enfermedad es la universidad.

    Esta transformación en la manera tradicional de actividades en la enseñanza de la educación como se venía dando, de pronto se tuvo que implementar en casi todos los niveles educativos desde lo básico hasta el superior el desarrollo de la tecnología, vale decir, internet o el sistema en línea. Aunque la mayoría de instituciones de educación en nuestro país no estaban preparadas para ese cambio repentino, menos lo estaba el cuerpo docente de miles y miles de profesores.

    Todo ello generó, con respecto a la actividad docente, una relación de ensayo-error dado que como se dice vulgarmente “echando a perder se aprende”. En razón que ese cambio en la práctica educativa en los docentes generó muchos dolores de cabeza, estrés, fastidio, imposibilidades y dificultades dado que pasaron de dar sus clases de forma tradicional presencial y expositiva a la de distancia y en línea o también llamada virtual.

    Aunque esta pesadilla tanto para profesores como para los padres de familia e incluso para los propios alumnos en un principio fue casi inmovilizante por carecer de práctica y experiencia, se fueron adaptando poco a poco a la nueva forma y herramienta como lo es la virtualidad o en línea. Con respecto a ello dice un viejo y sabio adagio; “No hay mal que por bien no venga”. Eso en relación a cómo este pequeño virus vino a trastornar nuestra vida cotidiana, pero no todo en este caso va ser negativo, sino que también de esta situación inédita y anómala de una pandemia que azota a la sociedad mundial o global se van sacar también cosas positivas, y una de esas es en materia de educación. Hoy con el uso de la tecnología la educación puede ya extenderse de manera rápida, segura y extensiva por los medios electrónicos  a toda la población.  

   Últimamente nos dábamos cuenta que en el nivel superior de educación mexicana y valga decir, las universidades, tanto públicas (las del estado) como las privadas, la mayoría de ellas ofrecían poquísimas carreras universitarias y grados académicos como maestrías, especialidades o doctorados en forma virtual o en línea, poco se había innovado en esa materia. Para ejemplificar lo anterior, está que dos de las mayores y más importantes universidades públicas de México como son la Universidad Nacional Autónoma de México (por sus siglas UNAM) y la Universidad de Guadalajara (UdeG) casi la mayoría de carreras que ofertan son presenciales y de esa cantidad que tienen son poquísimas las que se ofrecen en línea o virtuales. 

    La UNAM, que es la mayor universidad de México, cuenta con algunas carreras que se pueden cursar en línea, pero muchas de ellas podrían haberse realizado o estudiado de esa forma, como por ejemplo: Historia, letras, sociología, ciencias políticas, filosofía, etc. De las citadas anteriormente no se brindan en el sistema virtual porque simplemente la universidad no las había implementado en ese sistema. Por su parte la Universidad de Guadalajara cuenta con un sistema de universidad virtual, pero realmente son pocas las carreras que oferta este sistema. Los centros universitarios temáticos o regionales que están asentados en la ciudad de Guadalajara y sus alrededores o en ciertas ciudades cabeceras regionales del estado de Jalisco, no tienen desarrollado una academia o docencia con tecnología para cursar completas las carreras universitarias virtualmente, de tal manera que carecen de esa posibilidad a pesar de la demanda que existe ante algunas carreras donde se podrían implementar.    

    Se podrá decir o argumentar que para ello se requiere tecnología, personal capacitado (técnicos y profesores); pero esos recursos materiales y humanos se pueden conseguir, en razón de que la UdeG sí puede, y tiene la capacidad económica para enfrentar esa realidad. Los recursos económicos para hacer frente a ese reto donde todos sus centros temáticos y regionales universitarios puedan ofertar carreras en línea, bien podría sacarse de los millones de dólares que deja de utilidades cada año la Feria Internacional del Libro (FIL) por poner sólo una empresa universitaria.

    Después de todo con el paradigma que nos deja esta pandemia del coronavirus que vino a cambiar la vida de muchos millones de personas, pero también del funcionamiento que tenían regularmente las instituciones. Hoy nos viene a decir qué en materia de educación se deben de dar cambios e implementar acciones o formas nuevas de transmitir y hacer extensiva la educación para la población. Una de esas formas, es que puede hacerse extensiva la mayoría de las carreras profesionales universitarias a la población por medio de los medios tecnológicos, que muchas veces por la alta demanda que existe entre la comunidad estudiantil no se alcanza a cubrir. Y que hoy existe una alternativa para hacerse.