miércoles, 6 de junio de 2018

Homenaje al Mtro. Eduardo Etchart Mendoza

                    Maestro Eduardo Etchart Mendoza impartiendo cátedra, actividad habitual en él.

Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

In memoriam

Hace exactamente un año por el mismo mes de junio, pero de 2017, se presentaba el libro biográfico -homenaje- sobre don Juan S. Vizcaíno antiguo cronista de Ciudad Guzmán, escrito por el maestro Eduardo Etchart Mendoza y Nelida Villafuerte esposa de don Eduardo. Pero ahora, un año después, lo recordamos y además digerimos su lamentable y repentina partida física de entre nosotros.

      Hace 13 años llegó don Eduardo Etchart a nuestra comunidad de Ciudad Guzmán, procedente de la  Ciudad de México lugar donde había desarrollado su labor profesional y vital durante la mayoría de  su vida. Antes de venir a desarrollar su existencia aquí entre nosotros, según él me comentó, decidieron con su mujer pensar en una ciudad del interior de la república para ir a vivir por el resto de sus vidas, y pensaron inicialmente en la ciudad de Morelia, pero finalmente se decidieron por Zapotlán porque su mujer tenía cierto conocimiento sobre nuestra población, y pensaron que sería mejor para toda la familia llegar hasta la "cuna de los grandes artistas".

    Desde que llegó el maestro Eduardo a Ciudad Guzmán, se dio a la tarea de conocer su población, su gente, su cultura y su ambiente en todos los ordenes. Este hombre no era un cualquiera que llegaba a probar suerte, sino que venía ya como un señor con una trayectoria vital y humana desde la capital. Estaba pensionado como profesor de un bachillerato de la UNAM, su bagaje cultural era muy amplio Había hecho su licenciatura y maestría en historia en la máxima casa de estudios de México. 

    Desde que llegó se hizo sentir su aporte cultural, científico y humano entre los nuestros. O sea que este ilustre hombre estuvo en nuestra tierra para aportar lo mejor de su conocimiento y experiencia entre nosotros. Así desarrolló su habilidad y experiencia como profesor de  historia y otras materias afines en El Colegio México Franciscano, así como en las carreras de Letras hispánicas y periodismo del Centro Universitario del Sur de la U de G. Pero no se quedó sólo en eso, sino que fue conferencista, recordamos su ponencias que realizó por motivo de la conmemoración del bicentenario y centenario de la Independencia y Revolución Mexicana por allá en los años 2009 y 2010, que llevó a efecto en el conocido centro cultural "Galli", y que contó el apoyo de su esposa (que siempre fue ella su oportuna y decidida asistente, en el magisterio que desplegó entre nosotros). 

    También era un hombre habituado a la asistencia a eventos culturales, así me tocó verlo asistir a actos artístico-culturales en Casa del Arte lo mismo que en casa Arreola. Como periodista vimos sus habituales colaboraciones históricas en una columna semanal en el desaparecido semanario El Juglar, que incluso fue por un tiempo breve su director general. Conocimos al investigador histórico al ver su interés por rescatar la figura del escritor, político y diplomático Basilio Vadillo, mismo que de una manera noble y generosa, cedió su estudio al promotor cultural Miguel Ángel López Barajas. 

     Conocimos su interés por ser y pertenecer a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística en su Capítulo Sur. Relacionándose ampliamente con don Juan S. Vizcaíno, con Ramón Villalobos Castillo "Tijelino", con don Federico Munguía Cárdenas y otros colegas de esa institución. 

    Pero sobre todo, conocimos a este hombre de amistad que fue sensible, inteligente, noble, crítico, sencillo y que sabía ser sincero, dado que siempre tenía una palabra certera de su observación de las cosas y personas de una manera magistral. La amistad entrañable y de colega que tuvo con don Juan S. Vizcaíno fue enriquecedora para ambos, dado que don Juan lo puso al día en conocimiento históricos de la localidad y de la región, pero en el contexto histórico nacional, que era un conocedor nato, supo muy bien, don Eduardo, medir la magnitud de los acontecimientos locales y su repercusión nacional. La larga amistad con don Juan que perduró por algunos años y el entendimiento que hubo entre ambos, de haber llegado un poco antes don Eduardo Etchart a Ciudad Guzmán cuando Vizcaíno era cronista de la ciudad la estafeta de cronista se la hubiera pasado a Etchart. 

    Pero no fue todo hojuelas de miel en su estancia o paso en vida del maestro Eduardo por nuestra comunidad. Tuvo la incomprensión de muchos de los nuestros con su la falta de sensibilidad para la recta y decidida acción profesional que desplegó este ilustre hombre de cultura. Tres incidentes que él mismo me comentó le habían afectado de sobre manera. Uno, el hecho de haber sido prácticamente separado de forma injustificada como docente de historia de la preparatoria del Colegio México Franciscano, acción que fue orquestada por un gris funcionario de esa institución que trabajaba ahí como coordinador de preparatoria. Dos, el hecho muy lamentable que no se la haya permitido el acceso libre de documentos en el archivo municipal, cosa que él deploraba por ser su condición de investigador e historiador, para él una afrenta fuerte a su persona. Y tres, el que como director de un conocido y desaparecido semanario de noticias, su dueño, le haya incumplido con su derecho justo de remuneración, además que se le dejó truncado un proyecto de edición de diez libros sobre personajes históricos del bicentenario, tan sólo aparecieron tres. 

    Finalmente, lamentamos mucho su desaparición física, vamos a extrañar su presencia entre nosotros, es una gran perdida de la comunidad intelectual, artístico y cultural de Ciudad Guzmán. El que esto escribe, fue beneficiado con su amistad, y aprovecho para enviar a su familia el pésame de resignación por tan sensible perdida, y que descanse en paz el maestro Eduardo Mario Etchart Mendoza, que así sea.

    

     

     

     

     

     


3 comentarios:

  1. Lo tuve como profesor en la Prepa 2 de la UNAM a finales de los años 70, un erudito y gran conocedor del Centro Histórico. Nos dejaba a menudo como tarea, revisar las placas de los nombres antiguos de las calles y a partir de eso reflexionar sobre la historia de México. En paz descanse este gran universitario.

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  2. Excelente Persona y Maestro , tuve la gran fortuna de tenerlo de maestro en Prepa 2 de la UNAM, triste me entero de su partida, sin embargo me da gusto saber de sus triunfos y trabajos , en lo que mas le apasionaba la Historia . Descansé en Paz

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  3. Excelente hijo, hermano, tío y maestro. No hay palabras para describirlo, los que tuvimos la fortuna de conocerlo, sabemos quién era. Te seguimos extrañando y recordaremos siempre. Vives en nuestro corazón .

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