Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
Está de Ripley (Aunque usted no lo crea) que Joaquín Guzmán Loera “El Chapo
Guzmán”, el más importante narcotraficante de México y uno de los criminales
más buscados a nivel internacional durante los últimos años, y siendo de los delincuentes más
astutos, se haya escapado por segunda ocasión de una cárcel de máxima seguridad.
El pasado domingo me desperté con la noticia por la radio de la fuga del
penal de máxima seguridad que tiene México –el Cereso del altiplano o conocido
como “La Palma”-donde estaba recluido “El Chapo” desde el año pasado-, cuando fue recapturado, fue una de las noticias más sonadas, hecho realizado durante la
presente administración federal, después de 13 años en una incesante búsqueda. Hoy este hecho del escape en el penal por parte de Guzmán Loera, significa un revés más para Peña Nieto, que en lo que va de su administración como decimos en mi pueblo: "No da una".
Guzmán Loera había sido aprendido por primera vez en 1993, y posteriormente se dio a la fuga del penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, durante el
periodo de gobierno de Vicente Fox en enero de 2001. Ahora que tuvimos la
noticia de su nueva escapatoria, la opinión pública nacional tiene sus
sospechas o dudas acerca de este acontecimiento.
Para que este importante narcotraficante pudiera
“esfumarse” de la cárcel, es probable el que haya sobornado al personal del
cereso con algunos miles de millones de pesos, para que ellos se hicieran de la "vista gorda".
Sabemos de la alta impunidad en la impartición de justicia que se tiene en
México. La justicia en el país no es muy formal. En mis estudios académicos sobre filosofía que realicé en la Universidad de Guanajuato, recuerdo la frase de uno
de mis profesores con respecto a la impunidad que priva en la nación. Así decía
mi maestro: “En México no se castiga el delito, se castiga la pobreza”.
La alta corrupción en que se encuentran sumidos importantes sectores del
gobierno, es por todos conocida, dado que la corrupción en nuestro país se ha
vuelta ya una cultura. Este mal social ha crecido, patentizado por las
conexiones que se dan entre criminales y autoridades. Para terminar esta cultura de la impunidad y de la
corrupción, es necesaria una gran transformación de la conciencia de los ciudadanos en los
estilos de educar, de convivir y de gobernar, es indispensable esto para salir de la
descomposición social en la que estamos hundidos.
Podemos decir ahora, que con esta reciente fuga por parte de El Chapo
Guzmán, este ha entrado ya a la historia criminal de nuestro país, como el
primero que se ha podido fugar de dos importantes cárceles de alta "seguridad". Cosa que ya lo pueden registrar en el libro de los Records Guinness, como el
único que ha podido escapar dos veces delante de las narices de sus custodios.
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