Por Héctor
Alfonso Rodríguez Aguilar
(Primera de dos partes)
El tema de la religión
es un tema actual, como lo reconocía hace pocos años el filósofo italiano
Gianni Vattimo; eso a pesar del feroz secularismo que actualmente vive la
sociedad posmoderna, dado que se fomenta un estilo de vida contrario a la fe y
a los valores cristianos en muchos ambientes sociales, culturales, políticos e
ideológicos. “El pensamiento posmoderno –decía Vattimo- fue válido en el siglo
pasado en las décadas de los años 70 u 80; hoy lo relevante es prestar atención
a la religión”.
Bastaría señalar dos hechos para ver esa
importancia. Todos conocen el lugar que el neoliberalismo concede al tema
religioso como elemento estabilizador de la sociedad, bajo la forma de
neoconservadurismo, se propone con ello una religión que de sentido a la vida,
favoreciendo el ahorro y el trabajo. Es preciso afrontar esa forma de religión
con un sentido muy crítico, sino queremos dejarnos llevar por las apariencias.
El otro hecho es la variedad y
multiplicidad de oferta religiosa en estos tiempos. Son los nuevos movimientos
religiosos que surgen y se presentan en un abanico tan amplio como la vida y la
geografía de los pueblos. Se anuncia una nueva era (New Age), con nuevos
paradigmas y creencias, que respondan mejor a las necesidades y aspiraciones
del hombre de la actualidad. Son movimientos eclécticos que toman y recogen
pensamientos y teorías de distintas y distantes épocas sin ninguna crítica.
También en esto es posible la sorpresa y el engaño.
A partir del siglo XVIII han ido naciendo
nuevas ciencias, que pretenden estudiar el fenómeno religioso desde el punto de
vista filosófico y social. Los nuevos métodos y el sentido crítico propio de
esas ciencias han dado lugar a una nueva perspectiva en el estudio de la religión,
que es preciso tener en cuenta ahora que pretendemos estudiar la teología.
Todo eso hace cada día más necesaria una
educación con valores religiosos en toda lo sociedad para crear un sentido
crítico y evitar la manipulación. Pero también que las iglesias fomenten en sus
miembros formación de una fe adulta que es tan necesaria para formar una recta
conciencia. Es por ello que el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos “Mauricio
Beuchot”, elaboró junto con otras instancias un programa lo más completo
posible de estudios de licenciatura en teología. Con ello, queremos desde
nuestra actividad contribuir a una educación en la fe que sea dinámica,
liberadora y con aportes en el crecimiento de la persona. (Continuará)
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