miércoles, 23 de enero de 2019

Lamentables acontecimientos en México nos hacen tocar fondo


Dantesca explosión que causó una elevada cifra de fallecidos. 
          

Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar


Una vez que las noticias cundieron por motivo de la explosión por gasolina en los campos de la comunidad de Tlahuelilpan, Hidalgo, se vieron imágenes de vídeos impactantes, en los noticieros de la televisión y en las redes sociales, de la enorme y lamentable tragedia que había acontecido. A mi teléfono celular llegaron las imágenes dantescas del suceso y, las enormes llamas salidas del oleoducto, así como las gentes corriendo por el campo de alfalfa en forma de antorchas humanas con alaridos y gritos desgarradores de los inmensos dolores mientras se quemaban vivos.


     Hasta el presente, la última cifra de muertos es de 109. Los desaparecidos son 64 y de 76 heridos, muchos de ellos se debaten entre la vida y la muerte. Suceso éste que inicia en los primeros días del año nuevo y, que nos llama a una reflexión profunda sobre sus implicaciones en todos los órdenes.

    Muchas y muy variadas preguntas nos podemos hacer acerca del acontecimiento, desde los culpables, el que sí se pudo evitar o no, qué si esta tragedia ya se venía venir, qué tanto la corrupción juega, los grupos de poder,  el crimen organizado, los antecedentes histórico y políticos y un largo etcétera.

   En los últimos años la sociedad mexicana se ha visto vulnerable ante los continuos actos de violencia generalizada en casi todo el país, robos, extorsiones, secuestros, corrupción, una larga lista de irregularidades, delincuencia, desaparecidos, feminicidios que nos hace pensar en el clima de descomposición que hemos generado en la sociedad mexicana con un impacto determinante en el tejido social que aparece desgarrado.

    Realmente todos estos sucesos que conocemos, algunas personas lo han vivido o lo están viviendo ahora en propia carne. Existe esta situación porque ya son muchos años que esta situación límite se ha venido fraguando, ahora de una manera directa o indirecta se empieza a crear un clima de malestar en la sociedad (impotencia) de manera individual como colectiva. Que ya se pide una pronta solución ante este creciente problema.

    En este sentido debe llegar la hora, es el momento, de un gran pacto social para la solución definitiva (no transitoria) de este problema, que es de una larga lista de malos sucesos padecidos por el pueblo mexicano. Para eso, las instituciones históricas y rectoras deben de forma definitiva salir a la palestra a realizar acciones concretas que lleven a la solución de todos estos signos de muerte que vivimos los mexicanos.

   La iglesia católica, el gobierno federal, de los estados, de los municipios, las universidades, las cámaras de comercio, los empresarios o la iniciativa privada, los intelectuales y académicos, las asociaciones civiles, los militares, los partidos políticos, es decir, todos debemos de ipso facto, hacer propuestas conjuntas de solución efectivas al grave problema de la inseguridad y la corrupción y sus consecuencias que estamos viviendo. En este sentido estamos ante un momento tristísimo de la historia reciente de nuestra nación.

   No es posible ya postergar más una solución de fondo, el actual gobierno de la nación está iniciando ya acciones concretas en miras a darle fin a este clima de descomposición. Al ciudadano común nos toca hacer nuestra parte, se ve muy útil y necesaria que inicie una tarea conjunta para desterrar el grave problema de descomposición social en que estamos hundidos.
  

    

 



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