Facundo Barcardí Massó creador de la marca internacional del ron Barcardí
Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
La bebida alcohólica
representativa de la isla caribeña de Cuba es el Ron. La mayor de las Antillas
es una nación que si revisamos su historia y todos sus elementos culturales que
la constituyen, nos daremos cuenta de su inmensa riqueza, que es muy
significativa, dado que es un pueblo que tiene una particular identidad,
construida en el tiempo con amplias raíces de las culturas negra, blanca
(española) y la mestiza.
Uno de los dos elementos
culturales más representativos del pueblo cubano son, la bebida de caña
conocida como el Ron, y el otro, son los puros hechos de la planta del tabaco;
que siendo trabajada la hoja de manera manufacturada se crean los conocidos
habanos. Estos dos productos que se derivan de la naturaleza que, junto con el
café y la caña de azúcar, son los otros dos elementos que conforman la riqueza
natural que el trópico les ha dado a los lugareños de aquella isla, y que estos
la han sabido aprovechar y disfrutar.
Dado que Cuba es una isla tropical, es muy
propicia para la producción de la planta de caña de azúcar, este vegetal que se da muy bien
en todo el Caribe. La palabra Ron, según los estudiosos se empezó a
utilizar en el ya lejano año de 1688, y su etimología viene de la palabra
francesa rheu que significa: tallos, y también se utilizaba otra palabra del
mismo origen, que era: bouillón, con significado de: caldo. La palabra con la
que se designaba a la bebida era: rum-billión. Que era un líquido destilado o
aguardiente que salía de la miel de caña. Así nació el exquisito Ron.
Esta bebida que no es privativa de la isla cubana, sino que es propia de las islas de alrededor del mar Caribe conocidas como Antillas, Tiene toda una elaboración para producirla. Después de
salir ese líquido destilado de las ollas donde se elaboraba, es un aguardiente de 75 grados de alcohol es puesto en
barricas de roble mínimo un año para darle su añejamiento, de donde sale el color y el sabor propio de esta
bebida para poder ser ya servido y bebido. Al
principio después de 3 años de añejamiento es aún blanco y es muy propio para
cócteles como el mojito o el daiquirí; el color dorado –oro- es después de
5 años-, y el muy añejado de 7 años de un color ámbar oscuro.
Esta bebida podemos decir fue
internacionalizada por un catalán español Facundo Bacardí Massó, que en el
siglo XIX se hizo famoso por fundar la fábrica de Ron Bacardí en 1862, que
nació y se universalizó esta bebida en la segunda ciudad de importancia de Cuba
que es Santiago de Cuba. Hoy esta marca comercial de Bacardí que se encuentra
su sede en Bermudas y que se representa la marca con un murciélago o vampiro,
es una bebida que ha dejado ya mucho que desear, por su baja calidad y por su
elaboración netamente química. En son de broma solemos decirle al Ron Barcardí,
como: “Ron cacardí” o sea que es ´producto salido del desecho de la digestión
humana´.
Se decía que Santiago de Cuba era un lugar
privilegiado para elaborar el ron, porque se tomaba para su elaboración las
clarísimas y puras aguas del río San Juan de aquella región. Actualmente
en la ciudad santiagera de aquella isla cubana, se siguen elaborando excelentes
rones como: Matusalén, Santiago, Caribbean, Varadero, Caney, Caribe y
Paticruza´o.
En 1878 se funda en la ciudad de Cárdenas
por el español vizcaíno José Arechabala y Aldama –la industria La Vizcaya-
misma que se convirtió en una de las principales destilerías de la isla, donde
se elaboró un producto de primera calidad que fue el Havana Club. Hoy esta
marca es la principal de la isla y fuera de ella. Actualmente la fábrica de
este ron se encuentra en La Habana.
Recordando algo a propósito de esta
bebida, en unos momentos de amistad con la familia García Aguilar, domingo a
domingo de hace un par de años, nos juntábamos en la casa del maestro Roberto
García Correa -conocida como la "quinta chilla" en la Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Ahí departíamos alimentos y bebidas. Era muy asidua a esos magníficos momentos
de amistad y diálogo, la conocida profesora y periodista María Emilia Zavala
Soberano y su esposo el doctor cubano Luis Alberto Araujo Viltres y la
anfitriona la profesora María Felícitas Aguilar Richart. Invariablemente como
el profesor García Correa tenía una predilección por Cuba, su gente y su
cultura, siempre sin faltar en aquellas reuniones: El ron, la cerveza y la
bebida mexicana por excelencia: El Tequila. El licenciado Roberto con su puro
en mano de las marcas cubanas: Cohiba o Montecristo. Ahí me tocó tomar el ron,
y recuerdo alguna vez mojitos, que el propio maestro García Correa preparaba
con su menta o yerbabuena.
Invito a mis lectores que, en un
acto de solidaridad con la cultura y el pueblo de aquella isla caribeña, nos
tomemos un buen ron o un cóctel de mojito o un daiquirí, que bien pudiera ser
un buen motivo de una animada plática entre amigos, en este tiempo de posadas o en la noche
navideña
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