martes, 18 de diciembre de 2018

El Ron, bebida por excelencia de Cuba



Facundo Barcardí Massó creador de la marca internacional del ron Barcardí


Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

La bebida alcohólica representativa de la isla caribeña de Cuba es el Ron. La mayor de las Antillas es una nación que si revisamos su historia y todos sus elementos culturales que la constituyen, nos daremos cuenta de su inmensa riqueza, que es muy significativa, dado que es un pueblo que tiene una particular identidad, construida en el tiempo con amplias raíces de las culturas negra, blanca (española) y la mestiza.

     Uno de los dos elementos culturales más representativos del pueblo cubano son, la bebida de caña conocida como el Ron, y el otro, son los puros hechos de la planta del tabaco; que siendo trabajada la hoja de manera manufacturada se crean los conocidos habanos. Estos dos productos que se derivan de la naturaleza que, junto con el café y la caña de azúcar, son los otros dos elementos que conforman la riqueza natural que el trópico les ha dado a los lugareños de aquella isla, y que estos la han sabido aprovechar y disfrutar.

     Dado que Cuba es una isla tropical, es muy propicia para la producción de la planta de caña de azúcar, este vegetal que se da muy bien en todo el Caribe.  La palabra Ron, según los estudiosos se empezó a utilizar en el ya lejano año de 1688, y su etimología viene de la palabra francesa rheu que significa: tallos, y también se utilizaba otra palabra del mismo origen, que era: bouillón, con significado de: caldo. La palabra con la que se designaba a la bebida era: rum-billión. Que era un líquido destilado o aguardiente que salía de la miel de caña. Así nació el exquisito Ron. 

     Esta bebida que no es privativa de la isla cubana, sino que es propia de las islas de alrededor del mar Caribe conocidas como Antillas, Tiene toda una elaboración para producirla. Después de salir ese líquido destilado de las ollas donde se elaboraba, es un aguardiente de 75 grados de alcohol es puesto en barricas de roble mínimo un año para darle su añejamiento, de donde sale el color y el sabor propio de esta bebida para poder ser ya servido y bebido. Al principio después de 3 años de añejamiento es aún blanco y es muy propio para cócteles como el mojito o el daiquirí; el color dorado –oro- es después de 5 años-, y el muy añejado de 7 años de un color ámbar oscuro.

     Esta bebida podemos decir fue internacionalizada por un catalán español Facundo Bacardí Massó, que en el siglo XIX se hizo famoso por fundar la fábrica de Ron Bacardí en 1862, que nació y se universalizó esta bebida en la segunda ciudad de importancia de Cuba que es Santiago de Cuba. Hoy esta marca comercial de Bacardí que se encuentra su sede en Bermudas y que se representa la marca con un murciélago o vampiro, es una bebida que ha dejado ya mucho que desear, por su baja calidad y por su elaboración netamente química. En son de broma solemos decirle al Ron Barcardí, como: “Ron cacardí” o sea que es ´producto salido del desecho de la digestión humana´.

     Se decía que Santiago de Cuba era un lugar privilegiado para elaborar el ron, porque se tomaba para su elaboración las clarísimas y puras aguas del río San Juan de aquella región. Actualmente en la ciudad santiagera de aquella isla cubana, se siguen elaborando excelentes rones como: Matusalén, Santiago, Caribbean, Varadero, Caney, Caribe y Paticruza´o.

     En 1878 se funda en la ciudad de Cárdenas por el español vizcaíno José Arechabala y Aldama –la industria La Vizcaya- misma que se convirtió en una de las principales destilerías de la isla, donde se elaboró un producto de primera calidad que fue el Havana Club. Hoy esta marca es la principal de la isla y fuera de ella. Actualmente la fábrica de este ron se encuentra en La Habana.

     Recordando algo a propósito de esta bebida, en unos momentos de amistad con la familia García Aguilar, domingo a domingo de hace un par de años, nos juntábamos en la casa del maestro Roberto García Correa -conocida como la "quinta chilla" en la Ciudad Guzmán, Jalisco, México. Ahí departíamos alimentos y bebidas. Era muy asidua a esos magníficos momentos de amistad y diálogo, la conocida profesora y periodista María Emilia Zavala Soberano y su esposo el doctor cubano Luis Alberto Araujo Viltres y la anfitriona la profesora María Felícitas Aguilar Richart. Invariablemente como el profesor García Correa tenía una predilección por Cuba, su gente y su cultura, siempre sin faltar en aquellas reuniones: El ron, la cerveza y la bebida mexicana por excelencia: El Tequila. El licenciado Roberto con su puro en mano de las marcas cubanas: Cohiba o Montecristo. Ahí me tocó tomar el ron, y recuerdo alguna vez mojitos, que el propio maestro García Correa preparaba con su menta o yerbabuena. 

Invito a mis lectores que, en un acto de solidaridad con la cultura y el pueblo de aquella isla caribeña, nos tomemos un buen ron o un cóctel de mojito o un daiquirí, que bien pudiera ser un buen motivo de una animada plática entre amigos, en este tiempo de posadas o en la noche navideña

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