Niño Jesús, el Dios que se encarnó para justificarnos;
por ello para San Francisco, navidad es tiempo de gozo, alegría y paz.
Hoy a 801 años recordamos este acontecimiento del primer nacimiento instituido por San Francisco en el año 1223.
Por Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar
Una de las mejores
biografías escrita en los últimos años sobre Francisco de Asís es la del
conocido teólogo latinoamericano brasileño Leonardo Boff, “San Francisco de Asís Ternura y Vigor” es el título de la obra. La visión y el análisis de
este experto y conocedor de la vida del Poverello de Asís es de una actualidad
y contextualización destacada para los lectores de América Latina. En la biografía de este notable santo del
medievo italiano, hay un hecho que en este tiempo de navidad nos remite aquel
insigne suceso que se inició con Francisco, que fue el primero que realizó un
nacimiento, vale decir una representación de forma física de lo que supuso ser el ambiente donde nació el
niño Jesús en Belén.
San Francisco en Greccio, año de 1223,
primera representación del nacimiento
Hoy que estamos en plena navidad, una
costumbre o forma cultural muy arraigada en el pueblo mexicano es la creación
de nacimientos. Como nos lo dice Boff con respecto al místico de Asís, era un
hombre lleno de ternura, por ello tuvo la creatividad de hacer el primer
nacimiento de la historia como ya lo dijimos. Esta acción se da estando San
Francisco en la ermita de Greccio en Italia en el lejano año de 1223. Aquella iniciativa tuvo su inspiración por
este hombre de Dios y el primer nacimiento no se hizo en figuras de barro o de
algún material como hoy se construyen, sino que fue de personas vivas que
representaron a José, a María, al niño Dios, a los pastores, y con los animales del
establo. Existe la creencia que el primer nacimiento ya con figuras materiales, fue en la ciudad de Nápoles, Italia y las figuras eran de barro.
Francisco de Asís, era un hombre –místico- quiso él contemplar cómo sería de una manera sensible el
nacimiento de tan gran Dios: Jesucristo. Dado que para este religioso la
navidad era un tiempo especial para la fe. Tiempo de alegría, de gozo, de
plenitud, así lo expresaba; para él era un momento especial donde no había espacio a nada de tristezas, nada de ayunos
y nada de ascetismos. Había que cantar, gritar y bailar porque se debía que
celebrar el nacimiento de nuestro salvador. Dijo que teníamos que ver todas las
cosas con una nueva mirada, que se traduce en esperanza y paz. Por eso hasta las paredes se les debería de untar carne, porque el Dios que nos creó se
encarnó, se hizo hombre para nuestra justificación.
Por eso en esta navidad de 2024, aprovecho
para desear a todos mis lectores, colegas, amigos y parientes una muy feliz
navidad, que el pequeño niño Dios se haga vida naciendo en nuestros corazones y los llene de sus mejores dones y bendiciones
(regalos); pero también se haga extensivo a sus seres
queridos, sus familiares y las comunidades donde ustedes habitan, que así sea.