miércoles, 26 de junio de 2019

La partida del periodista y escritor Luis Sandoval Godoy



Don Luis Sandoval Godoy periodista y escritor de la provincia mexicana

Por: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar

*In memoriam

Don Luis Sandoval Godoy fue un destacado periodista y escritor que sumó más de 50 libros publicados en vida. Además de haber sido periodista cultural y editorialista por muchos años del conocido diario El Informador de Guadalajara, Jalisco, México. Apenas el pasado 20 de junio, del año en curso, me enteré por las redes sociales de su fallecimiento a la edad de 92 años. Descanse en Paz este buen hombre que fue en vida don Luis Miguel Sandoval Godoy.

     Tuve la oportunidad de conocerlo por los meses de junio o julio del año de 1991, fui a buscarlo y a tratarlo a la redacción del suplemento cultural del Informador en Guadalajara. Recuerdo que salió de la redacción y me presenté. Le dije el motivo de mi visita, que era lector del suplemento cultural, dado que mi tía Rosalbina cada domingo compraba el periódico. Don Luis en ese entonces ya era un hombre maduro, tenía como unos 64 años, se veía fuerte físicamente, de pelo corto rebelde, tez morena, con ojos alegres, dicharachero y sonreía cuando era necesario. Era un hombre noble, generoso y bien intencionado. 

Sandoval Godoy como periodista cultural dirigió el Suplemento cultural dominical de El Informador, y su abundante bibliografía como escritor de novelas, cuentos, historias y ensayos, hizo su estilo único, con sabor a provincia


    Por esas fechas el suplemento cultural que él dirigía estaba publicando por entregas las memorias del escritor tapatío Emmanuel Carballo, que para mí era un goce leerlas porque Carballo exponía de forma magistral, en aquellos textos, sus primeros pasos por el mundo de la literatura y todo lo que hacía y vivía. Después estas memorias ya recopiladas salieron a luz con el título: “Ya nada es igual” que publicó la Secretaría de Cultura de Jalisco a cargo de Juan José Doñán, que por cierto debería ser un texto de lectura obligada para los iniciadores en el mundo literario, como también pudiera ser para los estudiantes de letras.

    Recuerdo que no volví a ver a don Luis hasta los primeros meses del siguiente año del 92. Tuve la oportunidad ya por las tardes, después de las 5 pm, buscarlo en su casa antigua y bien conservada de Garibaldi en pleno centro de la ciudad. Ahí él tenía una biblioteca en su estudio que estaba especializada en obras (novelas y libros de historia) de la Cristiada. En una mesa nos acomodamos a charlar y nos ofrecía un tequila con squirt (bebida de toronja). Ocasionalmente era visitado en ese lugar por colegas del medio periodístico y por escritores y amigos.

    Ya establecido por aquellos años en la perla de occidente, le presenté a don Luis al joven poeta Jaime Casillas Franco, que después él se benefició mucho por la amistad con don Luis al darle apoyo en varios órdenes. Don Luis escribía muchísimo tenía ahí en su estudio la computadora y editaba muchos libros, él mismo decía que tenía vicio de editar obras. Me hizo regalos de sus libros, recuerdo el de “Pueblos” una excelente obra que viene una descripción de mi Zapotlán el Grande; otro fue sobre Agustín Yáñez también muy buen ensayo sobre la obra y vida del escritor de Yahualica.

    Tengo que decir que don Luis era un escritor provinciano, que como Rulfo retrataba el ambiente campirano y bucólico de los pueblos jaliscienses y zacatecanos. Su manera de escribir era sencilla con un lenguaje pulcro, bien escrito. Fue un escritor católico ya que hizo varios libros sobre personajes de la fe, como el Padre Cáloca o de sucesos de la Guerra Cristera. También, reconozco que él fue el primer revisor o corrector de mi biografía sobre Guillermo Jiménez. También fue el primero que me dio la oportunidad de hacer mis pininos como periodista, al publicar algunos textos breves para el suplemento cultural del Informador en el verano de 1993.  

     También recuerdo que Jaime Casillas y yo, comentábamos que el suplemento cultural nos parecía muy provinciano que se necesitaba modernizar en su enfoque, ser más actual en la literatura y la cultura.  Eso me llevó a escribirle a don Jorge Álvarez de Castillo una carta, para solicitarle que él como director general del periódico buscará o adecuara el suplemento al momento presente, que hubiera nuevos colaboradores que oxigenaran la publicación. Nunca pasó nada. Lo que sí es que don Luis se ha de ver molestado, pero me perdonó esa intromisión que nunca debía haber hecho, aunque tuviera buenas intenciones.


        La abundante obra literaria de este escritor nacido en el Teúl, Zacatecas, pero avencindado por muchos años en Guadalajara donde hizo el total de su obra, lo posesionan como uno de los mejores escritores de Jalisco


    En una de las charlas que tuve con Sandoval Godoy en su casa, él se quejaba que su patrón don Jorge Álvarez del Castillo era muy quisquilloso, porque se metía en la redacción de los textos de don Luis en cosas que no le incumbían, por ejemplo me decía, que quería que en los párrafos de los textos la última raya tenía casi que terminar el renglón (cosas verdaderamente absurdas). En una de las últimas veces que visité a Sandoval Godoy, me dijo con respecto a la biografía de Guillermo Jiménez, que  había estado dialogando con don Vicente Preciado Zacarías, él le había dado la queja que cuando yo andaba investigando para hacer el libro de Guillermo Jiménez en la ciudad de México, había molestado a muchos grandes escritores (importunándolos) Don Luis le dijo: “dejeló está chamaco, que bueno que él haga lo que nosotros no nos atrevimos hacer en nuestra juventud”. Terminó diciéndome en esa plática don Luis: “Lo que pasa es que don Vicente tiene cierta envidia de tu trabajo sobre Guillermo Jiménez”.